Los lobos se mueven por el 40% de Asturias. Los ganaderos piden un mayor control de la población de lobos en Asturias, pero ¿tienen bases sus quejas?

Los ecologistas sostienen que no. Alberto Fernández, vocal en el Consejo del Plan de Gestión del Lobo, destacó ayer que sólo cuatro de cada cien explotaciones ganaderas denuncian ataques de este cánido. Su conclusión: «Se usa el lobo como medida de presión frente a la Administración». Y es que, aunque en Asturias se produzcan cada año más de un millar de ataques a la cabaña ganadera, «las cabezas afectadas apenas suponen tres de cada mil». En 2005 fueron 2.124 los animales atacados.

Las parroquias donde hubo reses muertas suman el 40% de la superficie de Asturias. Las zonas sin lobos son las más humanizadas.

Para los ecologistas, la mortalidad natural del ganado en el monte «es muy superior (entre un 3 y un 5%)» a la causada por el lobo. Emilio García sostuvo, como conclusión de las jornadas organizadas por Jóvenes por la Ecología, que los daños no guardan relación con el número de lobos, sino con las prácticas ganaderas.