A pesar de que el proyecto no se ha concretado todavía -el alcalde aseguró que antes hablaría con comerciantes y vecinos- algunas voces pesimistas anuncian la muerte del comercio. Es el caso de Dolores Ezcurdia, que regenta una tienda de telas en la esquina con la calle Echaide. "Como peatón me parece ideal, pero como comerciante no. Con el tiempo se darán cuenta, pero ya habremos desaparecido", señaló.

Su opinión choca frontalmente con la intención del Ayuntamiento de impulsar el comercio. A su juicio, ahuyentará a los clientes ya no tendrán donde aparcar el coche y "no les gusta ir con las bolsas todas las tardes".

En La Casa del Café, tampoco ha caído demasiado bien la noticia. Además de que "bajarán las ventas" se pondrá "muy difícil" para los repartidores que no tendrán dónde estacionar las camionetas.

Otras en cambio se muestran "ilusionadas" con la idea, como Araceli, del comercio Gorgio Gnoti. Eso sí, siempre y cuando "la pongan como en el tramo entre Urbieta y Fuenterrabía", porque ahora "ni es peatonal, ni pasan coches". En su opinión "la peatonalización, y la instalación de bancos y terrazas", como en la calle Loyola puede ser el "revulsivo" que necesita San Marcial que está "abandonadísima".

Libe, dependienta de la tienda de ropa Don Pascual, situada en una zona ya peatonalizada de la calle San Marcial señaló que, a pesar de que ahora pasa "mucha más gente", las ventas no han variado. "Lo que sucede es que la gente se fija más en la tienda", afirmó.

Pero entre las opiniones contrapuestas que ha levantado la propuesta también hay quien prefiere mantenerse en silencio hasta que se conozca el proyecto. "Todavía es pronto para hablar porque no sabemos que tipo de peatonalización se va a hacer", comentó el librero Ander Iriarte.

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