Tras la inspección del vehículo, los agentes observaron que en el interior del mismo transportaba 570 kilogramos de pescado de la especie bacaladilla, carente de las mínimas condiciones, hecho que fue comunicado al Seprona, ha informado la Guardia Civil en una nota.

Personados en citado lugar, los agentes de este departamento comprobaron que el furgón no poseía dispositivo isotermo, lo que hace imposible la continuidad en la cadena de frío, ni la documentación que acreditara su legal procedencia, ni el etiquetado que demostrara su trazabilidad, además de presentar irregularidades respecto a tallas mínimas del pescado.

Por ello, la mercancía fue intervenida y se le dio aviso a facultativos veterinarios de la Junta de Extremadura, quienes levantaron acta al considerar el género no apto para el consumo humano.

El pescado tenía como destino su venta en Mérida, según manifestación del infractor, hechos que la Guardia Civil está investigando. Ahora este hombre se enfrenta a sanciones administrativas y a la legislación de salud pública como a la Ley de Pesca Marítima.