La eterna elegancia de la moda del misterioso Balenciaga seduce en Londres cien años después

  • El museo V&A reconoce, en el centenario de la apertura de la primera boutique de Balenciaga en San Sebastián, al mayor genio de la alta costura del siglo XX.
  • El 'director de orquesta' de la moda introdujo con veinte años de adelanto el realce de la silueta femenina que adoptarían Dior y Chanel en los años cincuenta.
  • Hijo de un pescador y una costurera, tenía un instinto nato para la alta costura y, a diferencia de otros diseñadores, sabía dibujar, cortar, coser y culminar cada pieza.
  • Folleto en PDF 'Un legado atemporal' del Museo Balenciaga de Getaria.
Foto de Richard Avedon de la top model Dovima con creaciones de Balenciaga
Foto de Richard Avedon de la top model Dovima con creaciones de Balenciaga
© The Richard Avedon Foundation
Foto de Richard Avedon de la top model Dovima con creaciones de Balenciaga

"La alta costura es como una orquesta sinfónica cuyo director es Balenciaga. Los demás seguimos sus instrucciones". "Es nuestro maestro, el único de nosotros que es un verdadero couturier". La primera afirmación es de Christian Dior; la segunda, de Coco Chanel. Ambas, procedentes de un par de maestros de la moda, tienen el peso de lo pertinente.

Además —y esa es la condición maravillosa— están pronunciadas treinta años después de que el misterioso Cristobal Balenciaga (1895-1972) comenzase a vestir con modernas y avanzadas siluetas marcadas y definidas a cada una de sus clientas.

La expresión alta costura (del francés haute couture) es a la moda lo que la literatura a las telenovelas: implica un grado de artesanía elevado, con escasa o nula intervención de maquinas de coser, está hecha a medida desde el primer momento y diseñada en exclusiva para el cuerpo de la persona que vestirá el modelo. De los muchos estilistas que han sobresalido en el último siglo para convertirse en superestrellas del invasivo mercado de la ropa, sólo uno sabía coser: el vasco y misterioso Balenciaga.

La eterna elegancia del couturier, que introdujo con veinte años de adelanto el canon de la silueta femenina que se adoptaría como norma en el new look de los cincuenta, es recordada en uno de los museos mundiales de referencia de las artes aplicadas, el V&A (Victoria y Alberto) de Londres, que anuncia la exposición Balenciaga: Shaping Fashion(Balenciaga: dando forma a la moda).

Se trata de un recorrido, el primero organizado nunca en la capital inglesa, por la excelencia de un creador misterioso —jamás concedió una entrevista extensa, no le importaba la fama y disfrutaba trabajando—, dueño de un instinto nato y, a diferencia de todos los demás, capaz de hacerse cargo en persona de todos los pasos del proceso, desde el diseño en dibujo y el patronaje, hasta el corte y la costura y confección.

Aprendiz y sastre en San Sebastián

Programada entre el 27 de mayo y el 18 de febrero de 2018, la exposición coincide con el centenario de la primera casa de moda de Balenciaga en San Sebastián y los 80 años de la boutique de París. Antes había estudiado bajo el madrinazgo de la marquesa de Casa Torre, que había intuido la perfección artesana del chico en Getaria, donde Balenciaga sólía ayudar a su madre. Fue aprendiz y luego sastre en establecimientos de San Sebastián y en 1914 se trasladó a Burdeos para trabajar en una conocida casa de modas.

  El 1937 presentó su primera colección en París y encandiló a todos con tejidos de peso y un estilo de hombros caídos, cintura pinzada y caderas redondas que, en ocasiones, recrea el vestido túnica. Luego lanzó la línea saco, los trajes sin cuello, y, para los abrigos, el estilo imperio y el corte quimono, jugando con estructuras y volúmenes y usando estampados bicolores blanco y negro. En los vestidos de noche triunfó con los vestidosglobo y baby-doll. En esta línea de tiempo pueden verse algunas de las grandes piezas de Balenciaga.

Siguen siendo hitos

En lugar de optar por un planteamiento retrospectivo, Balenciaga: Shaping Fashion se centrará en la última parte de la larga carrera del maestro, entre los años cincuenta y sesenta, cuando no sólo vistió a algunas de las mujeres más emblemáticas de la época, sino que también introdujo formas revolucionarias que siguen siendo hitos de estilo hoy.

Destacan los conjuntos de Balenciaga para la actriz de Hollywood Ava Gardner, vestidos, sombreros y piezas de una de las mujeres más ricas del mundo, Mona von Bismarck, que encargaba todas sus prendas de vestir al couturier y de quien se dice que llloró durante tres días cuando éste anunció su retirada en 1968. Se exhibirán más de un centenar de prendas y accesorios, acompañados de bocetos de archivo, patrones, fotografías, muestras de tejido y material de pasarela.

'Creatividad intransigente'

La exposición, dicen desde el museo, revelará la "creatividad intransigente de Balenciaga", una persona que huyó siempre de la fama y la notoriedad pero ansiaba la perfección máxima y la belleza sublime de la elegancia.

En una de sus escasas declaraciones públicas resumió así su idea del oficio: "Un modisto debe ser arquitecto para los planos, escultor para las formas, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo en el sentido de la proporción".

Contrapesos para que los vestidos cayeran bien

Dos colaboraciones especiales han ayudado al V&A a "revelar los secretos del ingenio de Balenciaga". El museo ha usado por primera vez tecnología de rayos equis para hacer una "mirada forense hacia los detalles ocultos dentro de las prendas". Las placas, realizadas por el artista Nick Veasey, muestran estructuras invisibles a simple vista, incluyendo contrapesos colocados estratégicamente para determinar la caída exacta de la falda en uno de los diseños más minimalistas de Balenciaga.

Alumnos del London College of Fashion han digitalizado y animado algunas de las prendas emblemáticas. Los patrones revelan que el cuerpo principal era elaborado a partir de una sola pieza de tela, lo que demuestra el dominio de Balenciaga sobre los materiales.

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