Los usuarios de 13 de las líneas de bus convencionales de Barcelona deberán buscar una alternativa de transporte entre este año y el que viene. Y es que el Ayuntamiento tiene previsto eliminarlas cuando se pongan en marcha las 12 que quedan por desplegar para terminar la implantación de la Nueva Red de Autobuses, también conocida como red ortogonal. De esta docena, cuatro empezarán a funcionar en otoño de 2017 y el resto, en otoño de 2018.

Lo han explicado este miércoles la teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, y la concejal de Movilidad, Mercedes Vidal, que han señalado que las líneas tradicionales que desaparecerán serán la 20, la 26, la 32, la 36, la 37, la 40, la 41, la 45, la 51, la 57, la 66, la 92 y la 143.

Una vez termine el despliegue previsto, para lo que se invertirán 5,7 millones de euros, Barcelona contará con un total de 97 líneas –ahora tiene 99-, de las que 28 pertenecerán a la nueva red, 43 serán convencionales y 26, de barrio.

Las cuatro que se pondrán en marcha en otoño de este año serán la V5 (M. Deu del Port-Pedralbes), la V29 (fórum-Roquetes), la V31 (Mar Bella-Trinitat Nova) y la D40 (Pl. Espanya-Roquetes) y las que empezarán a dar servicio en la mismo periodo de 2018, la H2 (Av. Esplugues-Trinitat Nova), la V1 (Gran Via L’Hospitalet-Av. Esplugues), la V9 (Av. Paral·lel-Sarrià), la V19 (Barceloneta-Pl. Alfonso Comín), la V23 (Poblenou-Can Marcet), la V25 (Poblenou-Horta), la V33 (Fòrum-Santa Coloma) y la D50 (Ciutat Meridiana-Pl. Catalunya). La D30, que estaba proyectada por la Diagonal, finalmente no se creará, pues el Ayuntamiento da por hecho que el tranvía se conectará por esta vía y no será necesaria.

Con la entrada en funcionamiento de las nuevas líneas, la red ortogonal se completará y pasará a cubrir el 65% del territorio de la ciudad, con lo que el 95% de la población la tendrá a menos de 300 metros de su casa.

Su despliegue total no solo afectará a los buses convencionales porque se suprimirán 13, sino también porque se modificará el recorrido de otros 13 (6, 22, 27, 39, 42, 47, 50, 54, 55, 60, 68, 91 y 109). Además, se introducirán pequeños cambios en el trayecto de ocho de las líneas de la red ortogonal que ya están en marcha (H6, H8, H10, H14, H16, V13, V15 y V17). También están previstas variaciones en el itinerario del bus de barrio 185 y la creación de tres autobuses de este tipo nuevos: el 112 (Sant Genís-Horta), el 133 (Baró de Viver-Plaça Orfila) y el 191 (Congrés-Hospital de Sant Pau). Así, la red de proximidad pasará a tener 26 líneas.

En la actualidad ya funcionan 16 líneas de la Nueva Red de Autobús en Barcelona, que registran unas 300.000 validaciones diarias y concentran el 42% de la demanda de buses de la ciudad. Su frecuencia de paso es de entre cinco y ocho minutos los días laborables –la de las convencionales no baja de 10- y, de media, suponen un ahorro de un minuto en el tiempo de recorrido respecto a las tradicionales.

El Consistorio ha diseñado las futuras líneas tras un proceso participativo con entidades y vecinos, que ha permitido obtener 384 propuestas, de las que se ha atendido el 60%. Sin embargo, desde la Federació d’Associacions de Veïns de Barcelona (FAVB) han criticado este miércoles que el proyecto se haya cerrado ya, porque no consideran conveniente la eliminación de las líneas convencionales 20 y 36. “Se pierde la conexión directa para ir al Hospital del Mar y al de Sant Pau”, han apuntado.