La población de osos pardos podría llegar a 250 en la Cordillera Cantábrica

  • Ya habría salido ya de la situación 'crítica' aunque sigue en peligro de extinción.
  • A finales de los años 80 se estimaba que había "entre 60 y 80 ejemplares".
  • Se evalúa cuantos ejemplares puede tolerar la cordillera sin que se generen problemas de convivencia con los núcleos de población humana.
  • El norte de España arde: 16 fuegos siguen activos en la cornisa cantábrica.
Oso pardo.
Oso pardo.
SUNSET / GTRES
Oso pardo.

El número de osos pardos en la Cordillera Cantábrica podría superar los 250 cuando finalice el recuento del censo relativo a 2016, según han avanzado este martes el consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, y el representante de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero.

Palomero ha destacado que en la zona más delicada en cuanto a número de individuos se han contabilizado seis osas con diez crías, lo que manifiesta una "continuidad" en la recuperación de esta especie con un nivel reproductivo "bueno".

En la zona donde su número es mayor, el recuento de individuos resulta más complejo, por lo que no será hasta principios del verano cuando se oficialicen los datos, pero tanto la Fundación como la Junta creen que podrían superarse los 250 contabilizados en el censo de 2015, el último completo del que se dispone.

Así, tanto Suárez-Quiñones como Palomero han resaltado estos datos en comparación con las cifras de finales de los años 80, cuando se estimaban "entre 60 y 80 ejemplares". Por ello, el oso pardo habría salido ya de la situación "crítica" de acuerdo con los criterios internacionales, aunque se mantiene en situación de "peligro de extinción".

"Será difícil fijar el número en que podría sacarse al oso pardo de esa catalogación", afirma Palomero. "Se verá en función de cuantos ejemplares pueda tolerar la cordillera sin que se generen problemas de convivencia con los núcleos de población humana". Los principales problemas irían relacionados con daños sobre colmenas apícolas, aunque quienes se vean afectados serán indemnizados y recibirán ayudas.

No obstante, ha insistido en que en la montaña "aún caben más" y que "es probable que acabe por ser hábitat de esta especie", a lo que podrían sumarse otros en las provincias de Zamora, Burgos y Orense, donde ya se han internado "osos exploradores", generalmente machos jóvenes.

También han querido aprovechar la ocasión para referirse a la oleada de incendios que asola la cordillera, refiriéndose a ellos como "prácticas criminales que no son buenas ni para la agricultura, ni para la ganadería, ni para la biodiversidad, puesto que se empobrece el suelo y se destruyen hábitats".

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