Los hechos ocurrieron en abril del pasado año, cuando el acusado Francisco H.H. se presentó en el restaurante donde trabaja su mujer en la capital murciana y al descubrir que ésta mandaba mensajes a otro hombre inició una fuerte discusión en voz alta, reprochándole que la estaba engañando e instándole a que le dijera quién era ese hombre.

A tenor de la situación, optaron por marcharse del local en dirección al domicilio de ambos, en la pedanía murciana de Puente Tocinos, y en el trayecto el acusado se bajó del coche e intentó que le atropellaran, cogió también un cristal y se hizo cortes en la muñeca y llegó incluso a coger una cuerda con la intención de asfixiarse.

Su mujer consiguió convencerle para que depusiera su actitud y cuando llegaron al domicilio la víctima se acostó a dormir en la cama del matrimonio junto a su hijo de un año, mientras que el procesado, que con anterioridad había padecido una depresión y tenía la ilusión de que su mujer le diera una oportunidad, fuera de control mandó un mensaje a su hermana en el que le pedía que intentara recuperar la fianza de la casa, que se hiciera cargo de los dos hijos del matrimonio (de un años y de seis), y que el entierro suyo y de su mujer fuera íntimo.

Posteriormente, el acusado se abalanzó sobre su mujer mientras dormía y con ánimo de acabar con su vida le apretó con las dos manos y con fuerza el cuello, intentando asfixiarla e incluso llegando a sangrar la víctima como consecuencia de la fuerte presión ejercida. El proceso depuso su actitud gracias a que la víctima, antes de perder la conciencia, le rogó que parara.

La víctima se fue a trabajar al día siguiente pero ante el mal aspecto físico que presentaba, sus compañeros la convencieron para que fuera al médico y denunciara lo sucedido.

Como consecuencia de los hechos, sufrió lesiones que le han ocasionado secuelas por el intento de estrangulación pero no reclama indemnización.

Para el fiscal, los hechos son constitutivos de un delito de homicidio en grado de tentativa con la agravante mixta de parentesco y la atenuante de arrebato, obcecación u otro estado pasional de entidad semejante, por el que procede imponer la pena de tres años y tres meses de prisión. No podrá aproximarse a su mujer en una distancia inferior a 500 metros y de comunicarse con ella durante cinco años.