García Baena, que este jueves será investido doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca (USAL), ha comparecido ante los medios de comunicación en la jornada previa para mostrar el "honor" que le supone recibir este reconocimiento en una institución con 800 años de historia.

En este encuentro, el poeta cordobés ha indicado que él formó parte del Grupo Cántico por una amistad que unía a sus integrantes desde "antes de la poesía", como les pasó también a los miembros de la Generación del 27, que "eran amigos" con personalidades "dispares" y que juntos crearon "una obra gigantesca".

García Baena ha resaltado que la poesía es "un problema en sí" y que cada autor "tiene el poder de resolver" lo que en ella se presenta. La creación literaria "no es algo mágico, que convierte en perfecto lo que no lo es", sino una invitación al "triunfo sobre los problemas" en la que el poeta ha de "acompañar al lector", ha explicado el también Premio Reina Sofía de Poesía Iberoaméricana.

Así lo ha señalado en presencia del rector de la Universidad de Salamanca, Daniel Hernández Ruipérez, quien ha mostrado su satisfacción por contar con el poeta entre el Claustro de Doctores del Estudio, y del el profesor del Departamento de Filología Clásica e Indoeuropeo, Juan Antonio González Iglesias.

La propuesta aprobada para el honoris causa fue presentada por el Instituto de Estudios Medievales y Renacentistas (IEMYR) y defendida por el profesor del Departamento de Filología Clásica e Indoeuropeo, Juan Antonio González Iglesias.

GARCÍA BAENA

Pablo García Baena nació en Córdoba en 1923 y "es el poeta que mejor representa los valores del Grupo Cántico de Córdoba, que en los oscuros años de la posguerra española aportó una estética (que era una ética) cosmopolita, libre y heterodoxa frente a la poesía oficial del franquismo", según explicó el profesor de Filología Clásica Juan Antonio González Iglesias, cuando la Universidad de Salamanca y Patrimonio Nacional le concedieron en 2008 el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.

En 1984 le fue reconocido con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. En 1992 recibió el Premio Andalucía de las Letras. Después de haber ejercido profesionalmente como anticuario, actualmente es director emérito del Centro Andaluz de las Letras.

Su primer libro, 'Rumor oculto', se publicó en 1946, aunque cuatro años antes había estrenado una versión teatral de la poesía de San Juan de la Cruz. Le siguieron 'Mientras cantan los pájaros' (1948), el célebre 'Antiguo muchacho' (1950), que se ha convertido en uno de los epítetos que lo retratan, y el díptico formado por los libros 'Junio' (1957) y 'Óleo' (1958).

Pasarán "dos décadas de silencio", según la USAL, hasta que en 1978 vio la luz un libro elegíaco y cernudiano 'Antes que el tiempo acabe' (1978), pues su 'Almoneda', de 1971, recoge "doce viejos sonetos de ocasión", como indica su subtítulo.

Algo parecido sucede con los 'Gozos para la navidad de Vicente Núñez', una serie de "verdaderos villancicos" escritos para felicitar anualmente a ese amigo poeta, ha destacado la Universidad de Salamanca.

MÁS OBRAS

En su obra, le siguió un libro que "busca la salvación en la amistad y en la belleza", 'Fieles guirnaldas fugitivas' (1990). Y otros quince años sin publicar dieron paso a 'Los Campos Elíseos' en 2006, editado por Pre-Textos.

Tras ello publicó su prosa reunida 'Selva varia' (Málaga, 2007).

Su 'Poesía completa' está publicada en Visor, puesta al día en la edición de 2008. En ese mismo año se presentó también una antología del poeta Pablo García Baena, que bajo el título de 'Rama fiel', editada por Ediciones Universidad de Salamanca, con motivo de la entrega del XVII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.

Hasta el año 2000 su obra también se encuentra recopilada en el volumen 'Recogimiento'(Ayuntamiento de Málaga). Son "célebres poemas suyos" en versículos largos ('Impares, fila 13', 'Viernes santo' o 'Bobby'), pero eso no le ha impedido cultivar formas tradicionales como el soneto o los villancicos, ha apuntado la USAL.