Según se declara probado en la sentencia, sobre las 10.00 horas del día 6 de julio de 2013, los procesados, después de estar toda la noche de juerga, se dirigieron en el vehículo de una de las acusadas que ha resultado condenada, conducido por ella, a Fuengirola, donde estaba el establecimiento comercial.

Una vez allí, al no haber hueco para aparcar debidamente, la conductora detuvo el vehículo junto a un paso de cebra, bajándose del turismo los otros dos acusados que han resultado condenados, mientras ella permaneció en su interior junto a otra mujer y otro hombre, que han resultado absueltos.

Una vez fuera, los dos hombres fueron al establecimiento comercial, donde el primero cogió una botella de ron y el segundo una bolsa de patatas fritas, abandonando precipitadamente la tienda sin abonar el precio de las mismas, por lo cual el encargado salió corriendo detrás de ellos.

En su huida, según se precisa en la resolución, los acusados se metieron en el coche y al cerrar la puerta, la víctima se agarró al vehículo, en concreto al bastidor de mismo, introduciendo el brazo izquierdo por la ventanilla que estaba abierta al igual que la trasera.

Al percatarse de ello los procesados, "golpearon reiteradamente al hombre a fin de que el mismo se soltase y poder abandonar el lugar con su botín". En esta situación, a los gritos de "arranca, arranca" proferidos por uno de los acusados, la conductora aceleró e inició la marcha a pesar de que la víctima estaba enganchado el vehículo.

Así, fue "arrastrado aproximadamente unos 40 metros y, al reducir la marcha la conductora del vehículo, ante la presencia de varios peatones en un paso de cebra, se soltó cayendo violentamente al

suelo". En su caída, se golpeó contra un vehículo y cayó junto al coche en que circulaban los procesados.

De esta forma, "al no detener éste su marcha, su rueda trasera izquierda pasó parcialmente por encima cabeza de la víctima", dice la sentencia. A consecuencia de esto, el hombre resultó con diversas lesiones y fracturas y causa de lo cual falleció por un traumatismo cráneo-encefálico y facial.

Por estos hechos, se condena a los dos hombres por un delito de robo violento y otro de homicidio imprudente, imponiendo a uno de ellos cuatro años y medio de prisión y al otro, cinco años de cárcel. A la mujer se le condena sólo el delito de homicidio imprudente a la pena de tres años de prisión.

Asimismo, los acusados indemnizarán a los familiares de la víctima con más de 229.000 euros. Asimismo, de la prueba practicada la Sala considera que no ha quedado acreditado que los otros dos acusados "hubieren podido hacer algo para impedir lo que estaba sucediendo", por lo que les absuelve.