Pese a las suaves temperaturas de este otoño, la mayoría de las comunidades de vecinos y edificios públicos de la región ya tienen encendidas las calefacciones colectivas desde hace una semana. En Asturias hay, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, casi 385.000 hogares, el 9% de los cuales tienen calefacción colectiva. Por tanto, hay al menos 34.650 casas que ya la tienen encendida. En total, son casi 280.000 los hogares que disponen de calefacción.

Casi por tradición, el 1 de noviembre se suelen poner en marcha las calderas colectivas, haga el tiempo que haga. Es una regla no escrita criticada por los ecologistas. «¿Quién dice que el 1 de noviembre haya que encender la calefacción? No es lógico que se encienda por decreto y luego haya que abrir las ventanas porque hace mucho calor», denuncia Paco Ramos, presidente de Ecologistas en Acción de Asturias. Parte de este «despilfarro» se evitaría «si cada vecino controlase la calefacción desde sus casas».

Al gasto económico del uso anticipado de la calefacción (los ecologistas calculan que este sistema de calor supone el 30% del consumo energético de los hogares), hay que añadir que «es uno de los factores que más influyen en la contaminación de las ciudades». Lo que sí se ha reducido son las calderas de carbón. Muchas se retiraron en el año 2000, cuando Hunosa compró a sus beneficiarios los vales de carbón con los que subvencionaba este tipo de calefacción.

Ayudas para renovar la caldera

En Asturias, el Principado tiene un plan de ahorro y eficiencia energética mediante el cual da subvenciones a las comunidades para que sustituyan las calderas antiguas. Durante el pasado año, 21 edificios se acogieron a estas ayudas (recibieron en total 219.600 euros de subvención), con lo que se consiguió un ahorro equivalente a 351,36 toneladas de petróleo. También se puede ahorrar energía si no se pone el termostato a más de 20 grados, se cierran bien las ventanas y se apaga la calefacción por la noche.