«Restaurantes sólo hay dos en la tierra: los buenos y los malos»

En 1981 se incorporó a El Bulli como director.(M.F.)
En 1981 se incorporó a El Bulli como director.(M.F.)
En 1981 se incorporó a El Bulli como director.(M.F.)
Juli Soler es el hombre en la sombra del restaurante El Bulli, el que codirige con el prestigioso chef Ferran Adrià. Él es el encargado de atender a los clientes, aunque su pasión hostelera se ha diversificado en los últimos tiempos. Ayer estuvo en A Coruña presentando en el salón Vinum Finisterrae (en el restaurante Mirador de San Pedro) la tónica inglesa Fever Tree.

¿Se llevará algo de este salón de delicatessen?

Me lo llevaría todo. Al restaurante y a mi casa. Estas jornadas son una maravilla, porque se trae una selección de grandes productos de alta gastronomía.

¿Son estas delicatessen las que inflan el precio de un plato en el restaurante?

El precio final que paga el cliente antes se hacía a partir de la materia prima. Pero ahora es insignificante, porque el resto de la inversión lo supera. En realidad, restaurantes sólo hay dos en la tierra: los buenos y los malos. Da igual la cocina que se haga.

¿Todavía sigue aconsejando a los clientes de El Bulli?

Mi único objetivo desde siempre es lograr el disfrute de los clientes, es para lo que trabajo.

¿Y no le cuesta a veces convencerlos de que se tomen platos como una espuma?

No. Antes podían elegir entre la carta y el menú degustación, pero ahora sólo hay un menú. Es muy divertido.

¿Queda algo por inventar?

La gastronomía es algo infinito, es inagotable.

¿Tanta fama es mala para la cocina?

Hay que pagar el precio. Ahora me llaman amigos y no tengo sitio.

Bio

Juli Soler empezó casi de niño, allá por los sesenta, como ayudante de camarero. En 1981 se incorporó a El Bulli como director. Desde 1990 es su copropietario.

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