Mario Garcés: "Estar en política mucho tiempo te convierte en superviviente"

El secretario de Estado de igualdad y Asuntos Sociales presenta 'El Antipríncipe', su nuevo libro.
El secretario de Estado de igualdad y Asuntos Sociales presenta 'El Antipríncipe', su nuevo libro.
JORGE PARÍS
El secretario de Estado de igualdad y Asuntos Sociales presenta 'El Antipríncipe', su nuevo libro.

Maquiavelo escribió El príncipe en 1513 para explicar su idea de cuál es la mejor manera de gobernar. Mario Garcés, con una vida ligada al Estado, desmonta este clásico de la sociología con mucho humor para dejar claro de qué forma se ha pervertido la política en la actualidad.

¿Cuál es su relación con El príncipe original?

La lectura de El príncipe es necesaria para entender la pasión del poder político y siempre he creído que es un libro tan obligatorio como minusvalorado, es atemporal.

¿Opina que todos los políticos deberían leerlo?

Creo que los políticos tienen que leer más en general, El príncipe y otros autores más modernos que hablan sobre el poder y cómo mantenerse en él.

Un antipríncipe es alguien que utiliza malas artes para perpetuarse en el poder. ¿Ha aumentado el número de potenciales antipríncipes?

[Risas] En primer lugar, El Antipríncipe [editado por Reino de Cordelia] es deliberadamente contradictorio, el lector no sabe si reír o llorar a veces. He querido que fuese atemporal, aunque algunos que han leído el libro me han dicho que se han sentido retratados en ocasiones. Pero sí es cierto que la política reciente es pretenciosa, está basada en la consigna. Hay antipríncipes cuya única visión del poder es tenerlo, mantenerlo y perpetuarse después en él.

¿Pasar muchos años en política puede convertirlo a uno en antipríncipe?

El hecho de estar en política mucho tiempo te acaba convirtiendo en superviviente. El antipríncipe tiene una visión de conjunto del país, el superviviente solo tiene su propia visión.

"Ha habido poca autocrítica en la política"

Con el auge de nuevos partidos, se mira con ojo crítico a la política. ¿Este libro le puede interesar a los críticos?

He intentado escribir el libro desde una perspectiva mordaz, con gran cinismo aragonés. A la política hay que abrirse desde la propia política. Ha habido mucha crítica pero poca autocrítica, quizá por miedo a las limitaciones de los políticos.

Leyendo algunos capítulos dedicados a la corrupción, a la mentira... puede sonarnos a hechos que hemos vivido. ¿Tenía eso en mente al escribir, aunque fuera de una manera subconsciente?

Siempre tienes en la cabeza las cosas que vives. En mí existe una dualidad: por un lado soy un alto funcionario, y por otra parte desarrollo mi faceta política. Creo que la crítica descarnada ya se ha hecho, pero no con sentido del humor.

En la novela se define como «testigo objetivo», pero a su vez desempeña un cargo como político. ¿Es difícil separar esas dos vertientes de su vida?

No es difícil, pero intento separarlo hasta físicamente: desarrollo mi actividad literaria por la noche. Es evidente que mi experiencia política no se puede descoser de mi escritura. He sido testigo de la falacia, la verdad, la posverdad, la preverdad…

"Los medios también cometen errores"

¿Escribir es una buena vía de escape de la política?

No lo dudes, la política está formada por muchos convencionalismos. Yo estoy muy satisfecho de las responsabilidades que me han dado, pero tengo la necesidad de contar cómo es la política desde fuera. No me gusta ni el gregarismo por el gregarismo, ni la consigna por la consigna. Creo que es muy importante alejarse, como si estuviera en un juego de espejos, como en el libro; no se sabe si las cosas que se dicen son buenas o malas, morales o amorales.

¿En política también hay tiempo para las bromas?

Sí, es muy importante no perder el sentido del humor, es uno de los mejores rasgos de inteligencia. No hay que perder la perspectiva real de un problema, pero a veces la tensión es tan alta que hay que utilizar el humor para relajarse y pensar con claridad.

En el libro se abordan hasta los medios de comunicación, algo que no estaba en El príncipe original...

Ahora los medios desempeñan un papel fundamental. Al igual que cometemos errores en política, se cometen en los medios, y he introducir su comportamiento con ese tamiz de humor. Por lo menos no cito a nadie [risas].

El príncipe estaba dedicado a Lorenzo II de Medici. ¿Para quién es El Antipríncipe?

Se lo podría dedicar a todo el mundo y a ninguno. La lectura está abierta a todos, no hay padre ni benefactor de esta obra y espero que los lectores puedan conocer, a través del humor, las claves de la actividad política.

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