Venimos contando que el precio de los alquileres se ha disparado en algunas ciudades españolas. En Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga, Palma o San Sebastián, los precios crecieron entre un 10% y un 20% en 2016, según datos de Idealista. La elevada demanda y, en menor medida, la proliferación de pisos turísticos han disparado el precio del alquiler.

Y mientras el Gobierno asegura que no piensa intervenir –lo ha dicho el ministro de Fomento–, la previsiones indican que los precios del alquiler residencial van a seguir creciendo, al menos en Madrid y Barcelona. Es lo que asegura el Reloj del alquiler residencial elaborado por JLL, del que se hace eco Idealista. El sondeo de este estudio indica que las rentas del alquiler van a crecer a corto plazo.

Los principales mercados residenciales de alquiler en Europa ofrecen perspectivas de crecimiento. Mientras Londres, Berlín o Lisboa tendrán lentas subidas, los arrendamientos en el centro de París, Barcelona y Madrid sufrirán incrementos acelerados. La consultora cree que todas estas capitales tienen en común que se está ejerciendo una presión sobre los precios de la vivienda en arrendamiento debido al aumento de la demanda, frente a una oferta que no es capaz de absorverla.

"Existe un desequilibrio crítico entre la demanda y la oferta. Un rápido cambio demográfico está creando presión de la población hacia los grandes centros metropolitanos. No hay viviendas suficientes para aliviar esa presión y esto está causando las subidas de precios", según Philip Wedge-Bernal, analista de JLL para residencial en EMEA. Este cambio ha supuesto que una ciudad como París haya pasado en un año de sufrir caídas de los precios de la vivienda en alquiler a tocar fondo y empezar a crecer rápidamente, donde han llegado a aumentar hasta un 1,3% durante 2016.

Ciudades como Dublín, Varsovia, Ámsterdam, Madrid y Barcelona tendrán incrementos de las rentas de alquiler de viviendas acelerados, mientras Londres, Copenhague, Manchester, Berlín, Frankfurt, Helsinki, Estocolmo o Lisboa también crecerán, pero de forma más moderada.