Los siete kilómetros de litoral del municipio contarán con 16 socorristas, un enfermero, un técnico sanitario, un patrón de embarcación y un coordinador del servicio, que trabajarán desde las 11.00 hasta las 19.00 horas de manera ininterrumpida hasta el próximo 16 de abril.

El equipo deberá informar a los usuarios de las playas y público en general del estado de la mar y su peligrosidad, tanto verbalmente como a través de las correspondientes banderas de aviso de forma diaria.

El operativo coordinará además las llamadas a través de la plataforma de emergencias 112, por lo que cada puesto de socorro dispondrá de cobertura ininterrumpida.

También contará con el apoyo de una moto acuática de rescate, una embarcación de salvamento que recorrerá la línea costera desde el Bajondillo hasta la Carihuela y un servicio pionero de asistencia médica en bicicletas equipado con desfibriladores y botiquines. La Clínica Santa Elena colabora con una ambulancia así como un conductor.

La concejala de Playas, Maribel Tocón, ha visitado este viernes la zona del Bajondillo y ha deseado al equipo de salvamento que "tengan un servicio tranquilo y con buen tiempo para que todos podamos disfrutar de las fantásticas playas que tenemos".

"Para Torremolinos es prioritario que este disfrute esté apoyado con un servicio de salvamento, socorrismo y emergencias sanitarias, así como cumplir con la vigente legislación en materia de costas", ha asegurado la edil.

Desde las torres de vigilancia se repartirán pulseras identificativas de niños y toda persona que lo necesite. Por primera vez estarán identificadas por colores según la ubicación de cada torre. Con esta medida se pretende agilizar y acortar el tiempo de búsqueda del menor o la persona perdida, que serán identificadas y entregadas a las familias más fácilmente por tener el color de la torre en la que los tutores se encuentren.

Estos brazaletes de plástico son impermeables y cuentan con un autocierre, en ellos se podrá escribir con rotulador indeleble el número de teléfono o referencia para que, en caso de descuido o pérdida, los socorristas puedan identificar una vez en la zona correcta por el color que tenga la pulsera, a los progenitores o responsables de la persona extraviada.