El pasado jueves se desinfló. Los visitantes que el pasado jueves acudieron al Monumento del 11-M, instalado en la estación de Atocha, contemplaron sorprendidos cómo la membrana que contiene los nombres de las víctimas se desinflaba y caía sobre la sala, tal como informó 20 minutos el viernes.

A pesar de que la avería se solucionó el mismo día y que, según el equipo que diseñó la obra, se debió a una «presurización (presión atmosférica del recinto) de la sala», ni el Ayuntamiento ni Renfe respondieron por el fallo. Según el estudio FAM, autor de la obra, su mantenimiento es responsabilidad del Consistorio, algo que niegan desde el equipo de Gallardón y que atribuyen a Renfe. Esta compañía, por su parte, también niega cualquier responsabilidad. De hecho, asegura que su cometido se limita a la limpieza y al mantenimiento básico, así como al encendido de luces, vigilancia y azafatas.