El secado invernal de los arrozales y la alternancia de periodos de inundación entre agua marina y dulce implantados desde 2011 han comportado la pérdida de la inundación en inverno como medida agroambiental.

En los primeros inviernos, 2011 y 2012, con una superficie inundada entre el 50 y el 60% no se produjeron cambios significativos en el número global de efectivos y en riqueza de especies, pero en los dos últimos, 2016 y 2017, la superficie inundada ha disminuidos hasta el 15-45%, que ha repercutido en una disminución de población entre un 10 y un 20%.

En el resto de zonas húmedas catalanas también se ha notado una disminución de aves este invierno, en un año en que la habitual situación como lugar de resguardo de aves del norte ha cambiado porque la meteorología en enero ha sido desfavorable.

97 ESPECIES

Este invierno se han contabilizado 208.785 aves acuáticas correspondientes a 97 especies diferentes, siendo el grupo más numeroso el de los anátidos, con 76.527 ejemplares -el 36,7% del total-, que ha sufrido un descenso del 40% respecto al periodo de referencia entre 2006 y 2015.

Las especies más numerosas, todas ellas dependientes de los arrozales como zonas de alimentación, han sufrido disminuciones muy significativas, como el pato cuchara (-61%), el cerceta común (-45%) y el pato real (-32%), aunque otros anátidos propios del medio marino han presentado variaciones positivos.