La declaración ya había sido suscrita por un total de 27 entidades, entre ellas la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), consejos reguladores de denominaciones de origen, el departamento de Biología de la UIB, la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca y varios colegios profesionales. El texto ha sido aprobado por asentimiento.

El Parlament trasladará esta declaración al Ministerio y a la Comisión de agricultura y desarrollo rural de la UE, a quienes también solicita colaboración en las tareas de información a agricultores y ciudadanía en general.

El texto, que ha leído la secretaria primera de la Mesa del Parlament, argumenta que un plan de erradicación "implicaría arrasar e incinerar la vegetación cultivada y natural de grandes extensiones de terreno" -cien metros en torno de cada positivo-, además de la prohibición de replantar ninguna de las especies sensibles, "con unas posibilidades de éxito inciertas porque es inviable destruir la totalidad de raíces".

Así, la declaración concluye que el impacto económico, agrícola, turístico, ambiental y paisajístico sería superior al de la propia infección. En este sentido, el texto ha dibujado unas Baleares "con cráteres de cien metros de diámetro", "desoladas" y en las que se habrían destruido "miles de árboles sanos, innecesariamente".

En cambio, las entidades firmantes consideran que un plan de contención, en las actuales circunstancias, "es lo más adecuado". Este protocolo supone eliminar solamente los ejemplares infectados, "como se aplica en otras zonas del mundo".

"El problema se debe afrontar con serenidad y dejar de lado los catastrofismos", recalcan.