La Policía Municipal se encargó de vigilar el tráfico desde las 8 de la mañana hasta las 19 horas, cuando se cerraban las puertas del Cementerio de San José. Como es costumbre, la asistencia en coche estaba prohibida y se habilitó un párking auxiliar antes de la entrada al campo santo.

Aumento de las incineraciones

Sin duda alguna hay más lápidas con enterramientos, pero las cremaciones van aumentando poco a poco y este años se dio el dato de que los familiares de los fallecidos prefirieron las incineraciones antes que el hecho de enterrar. El cementerio se divide en panteones, sepulturas en tierra, nichos, columbarios y columbarios cinerarios.

Francisca acudió a llevar flores a su marido, muerto hace seis años, pero comentaba que “bajo todos los los 25 de cada mes, que coincide con el día en que murió”. Y continuó, “hoy está todo muy bonito, pero la mayoría de la gente ya no baja hasta el año que viene, y hay muchas lápidas y panteones que dan pena por lo descuidadas que se quedan”.

Lo que llama la atención es el despliegue que muchas de las personas de etnia gitana hacen en torno a sus difuntos. Pasan casi toda esta jornada de los difuntos en el cementerio, colocan enormes velas en el suelo, y no duda en traerse sillas de casa para sentarse allí donde incluso comen algunos.

También cabe mencionar que todas las tumbas con los muertos en la Guerra Civil tenían flores en el día de ayer.

Cabe recordar que el mausoleo con los restos del violinista Pablo Sarasate también fue visitado, y el Ayuntamiento de Pamplona colocó una corona de fores al artista muerto en Biarritz en 1906.

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