Pese a las suaves temperaturas de este otoño (para hoy se esperan 18 grados en la capital), la mayoría de las comunidades de vecinos y edificios públicos de la región procedieron ayer al encendido de las calefacciones colectivas que, como manda la tradición, se suelen poner en marcha el 1 de noviembre. Una regla no escrita que, a juicio del experto en eficiencia energética de Ecologistas en Acción, Juan García, "debería retrasarse hasta que bajen las temperaturas".

En la región hay, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, más de dos millones de hogares, el 23,8% de los cuales tienen calefacción colectiva: unas 480.000 viviendas que ya la tienen encendida.

El uso "indiscriminado" de este sistema de calor no sólo supone un gasto económico, sino que también afecta al medio ambiente. Según Ecologistas en Acción, el 15% de la contaminación de Madrid la generan los propios hogares, "sobre todo por calefacciones y calentadores".

Adiós al dióxido de azufre en 2010

Lo que sí se ha logrado reducir drásticamente en los últimos años son las calderas de carbón, las más contaminantes, ya que emiten mucho dióxido de azufre (SO2). En la región ya sólo quedan 1.300 de estas instalaciones obsoletas (973 de ellas en la capital). Y, si se cumplen las previsiones de la Concejalía de Medio Ambiente, estas calderas desaparecerán definitivamente los próximos tres años.

Tanto la Comunidad como el Ayuntamiento de Madrid dan subvenciones para sustituir las calefacciones de carbón por otras menos contaminantes. Desde 1990 se han eliminado 7.000, con una inversión de más de 34 millones de euros.