Al día siguiente de hacerse pública la sentencia por los atentados del 11-M y en el día en que recordamos a todos los difuntos, cerca de 10.000 personas visitaron el Monumento a las Víctimas de la masacre erigido junto a la estación de Atocha (Madrid). Sin embargo, siete meses y veinte días después de su inauguración la instalación estaba averiada.

Tal y como pudo comprobar 20 minutos, la lámina de EFTE (una variante del teflón) que recubre la estructura de vidrio del monumento y en la que están impresos los mensajes dejados por los ciudadanos en recuerdo de las víctimas, se desinflaba y caía sobre los visitantes.

La causa

Al parecer, se debía a un fallo en el sistema de despresurización de las puertas de acceso a la sala que interrumpe el efecto de vacío que mantiene unida la lámina al vidrio. El coste del proyecto fue de 5,4 millones de euros, financiados entre el Ayuntamiento y el Ministerio de Fomento.