En su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Europa Press, la Fiscalía detalla que los hechos ocurrieron en la madrugada del 4 de junio de 2015. La acusada, que mantenía relaciones sexuales ocasionales a cambio de dinero con la víctima y acudía para ello a su casa, sabía que éste tenía una caja fuerte.
Se puso de acuerdo con los otros dos acusados para que un día fuera a casa de la víctima a prestar sus servicios y, una vez dentro de ella, abriera la puerta a los otros dos procesados para robar el dinero que la víctima tuviera guardado.
Así, el 4 de junio la acusada subió en un taxi que utilizaba ocasionalmente y fue a buscar a la víctima, que estaba fuera de casa. Le convenció y acudieron juntos a la vivienda sobre las cuatro de la madrugada, donde estuvieron bebiendo y consumiendo sustancias estupefacientes.
Al día siguiente, la acusada se levantó de la cama para abrir la puerta a los otros dos acusados, que entraron y se dirigieron rápidamente a la habitación, donde estaba la víctima tumbada en la cama y desnuda, le dieron la vuelta para que no pudiera reconocerlos y lo ataron de pies y manos con cable de teléfono, pasándoselo también por el cuello.
Así, inmovilizado y desnudo, lo dejaron tirado en el suelo boca abajo y empezaron a registrar toda la casa en busca de dinero y la caja fuerte, que no encontraron porque los propietarios se la habían llevado recientemente sin que la acusada conociera este aspecto.
Por eso, comenzaron a golpear violentamente y a dar patadas al acusado en el cuerpo y la cabeza para que les dijera dónde estaba el dinero y, como no encontraron más cosas, se marcharon llevándose un teléfono móvil, cuatro euros en metálico y las llaves de la casa, dejando a la víctima atada y donde estaba.
Ese día, sobre las 18.00 horas, la acusada se personó en la Comisaría de Policía y denunció que, estando con la víctima en la casa, irrumpieron dos hombres en la casa y comenzaron a golpear a su acompañante, lo que hizo que una patrulla se acercara a la vivienda en cuestión.
Desde fuera escucharon gritos de un hombre pidiendo auxilio y cuando entraron lo encontraron herido y con lesiones derivadas no sólo de los golpes sino también de las fuertes ataduras que había sufrido durante nueve horas.
Lesiones de las que tardó en curar 253 días y de los que 12 estuvo hospitalizado y el resto, de baja para sus ocupaciones habituales. También le han quedado diversas cicatrices como secuelas y movilidad limitada en la mano derecha.
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