Como ocurre cada año en el día de Todos los Santos, serán muchos los cordobeses que se acercarán mañana a los cementerios de la ciudad para recordar a los seres queridos que ya no están con ellos. Cada vez más, las flores que se compran se dejan junto a un pebetero o un jardín donde se esparcen las cenizas del difunto. Y es que las incineraciones han crecido un 25% en Córdoba en cinco años, según informa el gerente de la Empresa Municipal de Cementerios (Cecosam), José Cabrera.

De esta manera, el 40% de los cordobeses que fallecen pasan por el crematorio, mientras que el resto sigue optando por la inhumación de toda la vida. Para Cabrera, este incremento de las incineraciones se debe a un cambio de mentalidad de la población y a la reciente aceptación por parte de la Iglesia Católica de este rito. El ahorro de dinero también influye, puesto que una cremación cuesta en Córdoba unos 360 euros, mientras que el entierro clásico vale entre 400 y 600 euros.

Con el fin de evitar mañana aglomeraciones, Cecosam ha habilitado dos puertas más en el Cementerio de San Rafael, que se suman a las tres habituales.

Sólo un cementerio libre

«Tanto el Cementerio de la Salud como el de San Rafael están colmados». El gerente de Cecosam, José Cabrera, explica que el único camposanto que puede recibir féretros y urnas es el de la Fuensanta –situado junto a Alcolea–. No obstante, no cree que haya motivos para la alarma, puesto que considera que estas instalaciones tienen capacidad suficiente para estar operativas durante los próximos 40 años. Precisamente, en este cementerio se está ultimando la construcción de unos 140 panteones y sepulturas, que podrán albergar entre tres y cuatro féretros cada uno.