Un rehabilitado Mark Olson desborda magia en la presentación de Salvation Blues

  • El ex líder The Jayhawks ejecutó en la sala El Sol un buen concierto.
  • Su nueva obra supone un renacimiento tras el fallido Politikal Manifest.
  • La calidez y la honestidad afloraron durante toda la actuación.
Mark Olson, durante su actuación en la madrileña sala El Sol, (S.M.)
Mark Olson, durante su actuación en la madrileña sala El Sol, (S.M.)
S.M.
Mark Olson, durante su actuación en la madrileña sala El Sol, (S.M.)

Sembrando el desconcierto entre los fans y dejando a la banda en la más pura de las incógnitas, Mark Olson decidió abandonar The Jayhawks, el grupo de su vida, la formación de country-rock con que alumbró esa obra maestra llamada Hollywood Town Hall, y emprender una carrera en solitario.

La banda estadounidense, descabezada y ya sólo con una fuente creativa a los mandos, Gary Louris, superó el trance y siguió publicando discos inspiradísimos hasta su reciente disolución, especialmente el estremecedor Sound Of Lies.

Olson, el intrépido creador de joyas como Blue o Martin’s Song, por su parte, y con la colaboración de Victoria Williams, otra institución de la música americana más underground, comenzó a subrayar su vertiente más folkie e intimista y grabó un disco soberbio (My Own Jo Ellen), uno altamente recomendable (December’s Child), otro discreto (Mystic Teathre) y otro soporífero (Politikal Manifest).

Con este panorama, este 2007 se presentaba incierto para Olson. Pero el temperamental músico ha invertido ese decreciente nivel musical que ha arrojado últimamente su discografía y se ha descolgado con un álbum, Salvation Blues, a la altura prácticamente de sus dos primeros lanzamientos en solitario.

Calidez y honestidad

Y esa colección de canciones, bañadas en su ternura y melancolía habituales, fue la que el músico de Minneapolis se encargó de desgranar en una irritantemente semivacía sala El Sol.

Sin Victoria Williams, con la que podría haber abandonado la relación sentimental según algunos rumores, pero acompañado de una solvente teclista y un encantador violinista italiano, Mark inició la actuación con un Winter Song que marcó la pauta a seguir de todo el concierto: calidez y honestidad a destajo.

Bien es cierto que a veces era inevitable añorar un poco más de electricidad e intensidad, y que hubo momentos ciertamente exasperantes como una Poor GW que parecía no conocer fin, pero ciertos temas de Salvation Blues sonaron a gloria bendita.

En este privilegiado casillero habría que incluir a Clifton Bridge y Sandy Denny, donde Olson y sus secuaces redefinieron el concepto de belleza sin demasiados esfuerzos.

No ejecutaron de un modo muy convincente My Carol, cierto es, pero se resarcieron con un My Own Jo Ellen, del incompresiblemente ninguneado álbum de debut, y con unas aclamadas versiones de The Jayhawks (Over My Shoulder, Blue y Martin’s Song) que elevaron el tono general del concierto.

Así, tras el obligado bis, con una anodina Still We Have A Friend On You, donde era inevitable echar en falta a la entrañable Victoria Williams a los coros, terminó un concierto que, si bien no brilló en exceso, nos devuelve a un Mark Olson reencontrado con la inspiración compositiva y dispuesto a seguir obsequiándonos con veladas llenas de magia y buenas vibraciones.

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