Ocho bosques singulares de España que tienes que ver

  • Con 11 millones de hectáreas de bosque, España es el segundo país de la Unión Europea con más terreno boscoso.
  • El bosque de Muniellos, el de Oma, el Acebal de Garagüeta, Garajonay, Fragas do Eume o La Lorera de la trucha son buenos ejemplos.
La laurisilva hace de este bosque un ecosistema único en el mundo.
La laurisilva hace de este bosque un ecosistema único en el mundo.


AIDER
La laurisilva hace de este bosque un ecosistema único en el mundo.

Este martes 21 e marzo se celebra el Día Internacional de los Bosques, que recuerda la necesidad de cuidar y proteger nuestros bosques. España es el segundo país de la Unión Europea con más terreno boscoso, con 11 millones de hectáreas de superficie forestal. En este Año Internacional del Turismo Sostenible se hace especialmente necesario recordar nuestra responsabilidad con el cuidado del medio ambiente, del planeta.

Se puede disfrutar de los tesoros naturales sin dañarlos, porque el turismo no es antítesis de sostenibilidad. Aquí siguen ocho de nuestros bosques; ocho ejemplos de cómo el respeto al medioambiente y a la biodiversidad por parte de todos, incluidos los turistas, puede convertirse en un agente de desarrollo económico, rural y social de una zona.

El Bosque de Muniellos (Asturias)

Sólo una veintena de personas pueden disfrutar cada día de un espacio natural virgen y único como el Bosque de Muniellos, en Asturias. Es el mayor robledal de España, uno de los mejor conservados de Europa y está considerado Reserva Natural Integral. Hay aquí robles de distintas especies y de hasta seis metros de diámetro, hayedos y abedules que se ven salpicados por la continua presencia de acebos y tejos. Es un escenario de leyendas y mitología astur, de bellas lagunas, senderos y cimas. La ascensión a estas lagunas –la Peña, Grande, Fonda y La Isla– conforma uno de los recorridos de máximo interés entre los amantes del senderismo.

Los Alcornocales (Cádiz y Málaga)

Es el mayor bosque de alcornoques de toda España y supone un gran pulmón verde para Andalucía. Este espacio, declarado Parque Nacional en 1989, se sitúa al Este de la provincia de Cádiz y ocupa parte de la de Málaga. La vegetación de Los Alcornocales se compone especialmente de alcornoques y quejigos, aunque también se pueden encontrar robles, olmos, acebuches y madroños. Además de una especie poco común, el helecho psilótum núdum.

Otra gran parte de su flora se concentra en los llamados “canutos”, valles excavados por el río que constituyen frondosos bosques de laurel y avellanillo. Entre la fauna que posee hay que destacar los corzos, jinetas, comadrejas, incluso nutrias. Las aves rapaces tienen gran protagonismo en la comarca, hay varios tipos de águilas, buitres leonados, búhos reales y alimoches. Cada nueve años, en verano, se realiza la extracción del corcho de los alcornoques, una labor beneficiosa para el bosque y para los árboles.

El Acebal de Garagüeta (Soria)

El Acebal de Garagüeta está situado al norte de la provincia de Soria, en pleno Sistema Ibérico Norte, dentro del término municipal de Arévalo de la Sierra. El acebo es una especie protegida y este acebal es el único tipo de bosque presente en la actualidad en Garagüeta. La explicación de este atípico acebal en este lugar se debe a varios factores: orientaciones poco umbrías que resultan poco favorables al avance del hayedo –que se encuentra en la zona al límite de sus exigencias de humedad–; zonas en régimen de pastoreo más o menos intenso que favorecen la expansión de especies espinosas como el acebo; y por último, excesiva sombra generada al apretarse la masa como consecuencia de podas, cortas y ramoneo del ganado que no permite que crezca casi nada de las plantas existente por los alrededores.

El Parque Nacional de Garajonay (La Gomera)

Este bosque de laurisilva canaria, de aspecto frondoso e intenso color verde, cuenta con una extensión de casi 4.000 hectáreas donde la naturaleza se manifiesta a través de barrancos, arroyos y una amplia variedad de flora. El enclave representa un ecosistema único en el mundo gracias a la laurisilva, una masa de vegetación prehistórica que cubría los trópicos hace millones de años y que se ha conservado en este destino gracias al clima templado. Acoge en su interior cerca de mil especies de animales –en su gran mayoría invertebrados– y propone a los amantes de la naturaleza disfrutar de una jornada de caminatas al aire libre, observación de un cielo con escasa contaminación lumínica, y fantasmagóricos momentos cuando la bruma cubre los bosques de Garajonay.

El Parque Natural Fragas do Eume (A Coruña)

Fragas do Eume es uno de los bosques atlánticos de ribera mejor conservados de Europa. De estado casi virgen, sus 9.000 hectáreas esconden numerosos ejemplares de robles, chopos, fresnos, alisos, más de 20 especies de helechos y 200 de líquenes, fauna salvaje, así como fuentes y cascadas que se distribuyen por todo el territorio. Además, es el hábitat de 103 especies de aves, 41 de mamíferos y 8 de peces, entre otras. Para disfrutar aún más de Fragas do Eume existen distintos planes turísticos como, por ejemplo, descubrir el antiguo monasterio de Caaveiro, un espacio de más de 10 siglos de historia que fue refugio de los monjes. También se ofrece una red de senderos que invita a adentrarse en el corazón del bosque y a sumergirse en una atractivo paseo por los espacios más recónditos de este lugar.

La Lorera de la trucha de Alía (Cáceres)

El loro es un vestigio de la flora prehistórica que es muy difícil de encontrar. En un rincón de Cáceres, en concreto en el municipio de Alía, se puede acceder a la Garganta de la Trucha y acercarse a este lugar único. Se encuentra en el Geoparque Villuercas Ibores Jara. Es uno de los bosques mejor conservados de la Prunus lusitánica, esto es, la lorera que forma galerías junto a fresnos y alisos. Los loros son árboles que ya existían en el Terciario, en una época en la que toda la Península Ibérica estaba cubierta por bosques de laurisilva, típicos de climas más templados y húmedos, y que actualmente siguen formando bosquetes en zonas muy puntuales. Es un lugar ideal para observar rapaces.

El Bosque de Oma (Vizcaya)

También conocido como Bosque Animado, está ubicado en el municipio de Cortézubi. Este paraje fue diseñado en 1984 por el escultor y pintor bilbaíno Agustín Ibarrola que impulsó un lugar mágico en el que el arte toma forma a través de la naturaleza. El resultado, un paisaje de pinos en cuya superficie se dibujan un total de 47 obras con siluetas humanas, animales y figuras geométricas de distintos colores. Este bosque propone un divertido juego de interacción: en ocasiones es necesario observar un conjunto de varios árboles para ver la totalidad del trabajo y, en otras, el dibujo se contiene en un sólo ejemplar. La percepción de las figuras varía en función de la perspectiva por lo que el visitante es el protagonista, al interpretar la obra del autor en función de “como se mire” la misma.

El Pinsapar de Grazalema (Cádiz)

Grazalema es uno de los Pueblos Blancos de la Sierra de Cádiz más visitados y, en su término municipal se encuentra el pinsapar, un abeto singular que propició su declaración como Reserva de la Biosfera y Parque Natural. El pinsapo pertenece a una de las nueve especies de abetos que viven en las montañas que circundan el Mediterráneo. Es el único lugar donde puede apreciarse; en concreto, en las laderas norte de la Sierra del Pinar, protegidos de la insolación, lo que genera un bosque denso y umbrío con un escaso sotobosque. Es el lugar más lluvioso de la Península Ibérica.

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