El espacio elegido, antiguo teatro Calderón, congenió con una artista con la que comparte algo más que su nuevo sabor a helado americano, ese que impregna las calles neoyorkinas de las que a Vega le gusta tanto hablar. También conserva el alma de su viejo estilo y su amor por los cuentos y las vivencias, en plena Ruta de los Literatos.
Vestida con atuendo muy ‘Manhattan' -gabardina negra escotada y gorro- y sorbiendo una taza de café, la cantautora empezó a capella con Tom's dinner y la voz de siempre, bella y transparente, antes de dar paso a los nuevos temas.
A diferencia de las anteriores, las canciones de su último álbum '-entre las que destacaron
De ella se desprendió en algún momento, cuando se embarcó en un peligroso dueto con el bajista, que ambos superaron sin dificultad.
Por supuesto Luka, un tema sobre maltrato infantil, hizo su aparición en la recta final del directo. La novedad es que Vega entonó en español parte de la estrofa y el estribillo ya que, como explicó, su madrastra "era de Puerto Rico" y le enseñó este idioma, que comprende, pero no habla con fluidez.
No fue la única vez que Vega se dirigió al respetable: las presentaciones y explicaciones se prodigaron. Así supimos algún dato curioso. Como que su amor por un chico de Liverpool le había llevado a escribir el tema Gypsy... y alguno más.
La noche concluyó con más escenas de Nueva York y otro de sus grandes éxitos, The Queen and the soldier, por petición de un asistente al que Suzanne atendió solícita. No importaba que no estuviera en la ‘playlist': la cantante la interpretó con la misma desenvoltura que había demostrado en las anteriores, sin altibajos. Las tablas son las tablas.
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