El 'ultra' Wilders llama a Mahoma "señor de la guerra y pedófilo" en vísperas de las elecciones

El ultraderechista holandés Geert Wilders, líder del Partido por la Libertad (PVV), durante un debate televisado en La Haya, Holanda, antes de las elecciones generales en este país.
El ultraderechista holandés Geert Wilders, líder del Partido por la Libertad (PVV), durante un debate televisado en La Haya, Holanda, antes de las elecciones generales en este país.
Remko de Waal / EFE
El ultraderechista holandés Geert Wilders, líder del Partido por la Libertad (PVV), durante un debate televisado en La Haya, Holanda, antes de las elecciones generales en este país.

El ultraderechista holandés Geert Wilders, líder del xenófobo Partido por la Libertad (PVV), aseguró este martes que el profeta Mahoma es "un señor de la guerra y un pedófilo", en el debate de cierre de la campaña electoral que acogió el edificio del Parlamento, en La Haya, y en el que participaron los líderes de los trece partidos más importantes de Holanda.

Este miércoles unos 12,6 millones de electores holandeses están llamados a las urnas en los Países Bajos para elegir la composición de su futuro Parlamento y, por ende, el Gobierno que dirigirá el país durante los próximos cuatro años. Desde las 7.30 de la mañana, los holandeses pueden ejercer su derecho al sufragio.

"El islam representa la mayor amenaza para los Países Bajos. Nuestro futuro está en juego", dijo Wilders, protagonista de este encuentro, que duró más de una hora y que se dividió en debates cortos a dos para los grandes partidos y a tres para los más pequeños.

El populista dijo tener "temores de que el imperio de la ley desaparezca si se da espacio al islam". Su contrincante, Gert-Jan Segers, de Unión Cristiana (UC) le contestó que la restricción de la libertad o "una prohibición del Corán no es el medio para combatir" los problemas de Holanda. "Usted tiene objeciones legítimas contra el islam, pero la lucha tiene que ser abordada de una manera distinta. La lucha tiene que ver con el orgullo de nuestras libertades", dijo Segers, dirigiéndose a Wilders.

El actual primer ministro, el liberal Mark Rutte, se mostró un tanto cansado durante el debate, a diferencia del "cara a cara" frente a Wilders del lunes, y dio la impresión de estar influido por la gestión del Gobierno en la crisis diplomática con Turquía. Rutte dijo que estaba orgulloso de la forma en la que ha impedido los actos de campaña de los dos ministros turcos y reiteró que actuaría de la misma forma si la situación se volviese a repetir en el futuro.

En un careo con el líder de los Verdes Jesse Klaver, el primer ministro consideró que el político de izquierdas "es demasiado generoso con los solicitantes de asilo", ya que critica el acuerdo de inmigración con Turquía.

El socialdemócrata Lodewijk Asscher, actual viceprimer ministro, también discutió con Wilders y sus argumentos fueron fuertemente rebatidos por el populista: "Holanda es de los holandeses que han escogido nuestro país al cien por cien", dijo Wilders, criticando a los cientos de turcos que se manifestaron este fin de semana a favor del presidente de Turqiía, Recep Tayyip Erdogan, y en contra del Gobierno holandés.

Este debate electoral cerró tres semanas de campaña en los Países Bajos, que estuvieron protagonizadas por el debate sobre la identidad holandesa, la integración de los inmigrantes, la Uníón Europea y los cambios en el sistema sanitario.

Aliado de Le Pen y defensor de Trump

A lo largo de la campaña, Wilders no ha dudado en entremezclar su situación personal con la política para dejar claro cuál es su mensaje y proclamarse víctima de un sistema que quiere cambiar. La formación que fundó en 2006, el PVV, ha ganado adeptos al mismo ritmo que ha crecido la popularidad de su líder, arropado por una ola de populismo que también ha echado raíces en otros países de Europa.

Ferviente defensor del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y estrecho aliado de la líder del Frente Nacional francés, Marine Le Pen, Wilders llega este miércoles a sus elecciones más importantes, en las que por primera vez parte con opciones de convertir a su partido en el grupo con mayor representación en el Parlamento holandés.

No parece haberle pasado factura la condena que recibió en diciembre por discriminación por incitar a sus seguidores a corear que querían menos marroquíes en Países Bajos. De hecho, hace apenas unas semanas repitió su llamamiento para actuar contra la "basura marroquí".

El primer ministro, Mark Rutte, ha admitido esta semana que existe un "riesgo real" de que Wilders se imponga en los comicios parlamentarios, si bien el jefe de Gobierno ya ha dejado claro que no negociará una alianza por el PVV por ser contrario a las "libertades" y "valores" que se le presuponen a la sociedad holandesa.

El auge de Wilders, por tanto, amenaza con sumir a Países Bajos en un complicada aritmética política. Rutte podría verse abocado a negociar con un amplio abanico de partidos que tienen como principal nexo común la animadversión hacia la formación ultraderechista.

Rutte, favorecido por la crisis con Turquía

No obstante, y según una encuesta publicada este martes, el PVV de Wilders estaría sufriendo una considerable reducción de apoyos, a favor de su rival, Rutte, quien ha sacado ventaja de la gestión de la crisis diplomática con Turquía. Según el estudio, una mayoría de los votantes del VVD y del PVV apoyan las acciones de Rutte, quien impidió recientemente a dos ministros turcos celebrar un acto de campaña en Rotterdam para defender el referéndum convocado en Turquía para el 16 de abril.

El VVD asciende de los 24 escaños en las encuestas de este fin de semana a 27, mientras que Wilders cae de 20 a 16 escaños. Los partidos en segunda posición en el último sondeo son D66 y GroenLinks con 20 escaños cada uno, seguidos de CDA con 19. Los laboristas del PvdA, que están en la actual coalición del Gobierno con 38 diputados, se quedarían con tan solo 12 escaños, en el séptimo lugar.

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