Martín Arcos ha destacado el enfoque de la lanzadera, que a través de novedosas técnicas formativas "consigue que sus participantes adquieran un papel activo en la búsqueda de empleo, ya sea por cuenta propia o ajena. También promueve el emprendimiento y la actualización de competencias profesionales y personales mediante la formación permanente".

Según el delegado, uno de los éxitos de las lanzaderas es que las personas seleccionadas "muestran una actitud proactiva, para que ellas mismas descubran todas las competencias y las habilidades que tienen para ser útil, poder ayudarse entre sí y mejorar su empleabilidad. Igualmente, porque establecen una colaboración mutua en la búsqueda activa de empleo para explorar posibles trabajos".

El alcalde de Armilla ha mostrado su apoyo al programa de lanzaderas y ha subrayado lo que supone para las personas desempleadas "por tratarse de una manera diferente de prepararse para acceder al mercado laboral, y las posibilidades que ofrece para la búsqueda de empleo. Estamos ante una experiencia innovadora que aporta un valor añadido y un punto de vista distinto a quienes desean encontrar un empleo, o bien estudian la posibilidad de emprender por su cuenta".

La lanzadera finaliza el 31 de julio y para participar en ella se recibieron 115 solicitudes. La veintena de personas seleccionadas proceden de distintos municipios de la provincia; la edad media se sitúa en los 40 años, y por sexo hay 64,52 por ciento de mujeres por 35,48 por ciento de hombres. En cuanto al nivel de estudios, el grupo más numeroso es el correspondiente a universitarios y de grados profesionales.

En el programa de lanzaderas se persigue dar el máximo protagonismo a los participantes, al formar parte de equipos heterogéneos de personas desempleadas con espíritu dinámico, comprometido y solidario que acceden de forma voluntaria a esta iniciativa y que, coordinados por un 'coach', refuerzan sus competencias, generan conocimiento colectivo, se hacen visibles y debaten sobre ideas para conseguir un empleo.

Las lanzaderas suponen un cambio de enfoque en las políticas de inserción laboral desplegadas hasta el momento, pues los participantes también abordan la búsqueda de oportunidades de negocio y detectan los pasos que han de seguir para crear una empresa, lo que puede contribuir a que en el futuro exploren posibilidades de autoempleo. Otra característica destacable es su flexibilidad, ya que se pueden modificar las temáticas en función de las necesidades y demandas que presenten sus participantes.

Durante el tiempo que se desarrolla el programa, sus participantes asisten a sesiones de 'coaching' y talleres de inteligencia emocional, e intervienen en dinámicas de comunicación, nuevas técnicas de elaboración de currículos, entrenamiento de entrevistas personales y procesos de selección, diseño de mapas de empleabilidad, y desarrollo de procesos de intermediación laboral con empresas y responsables de recursos humanos.