La indumentaria fallera, objeto de estudio y debate en València

Joven ataviada con el traje valenciano.
Joven ataviada con el traje valenciano.
EFE
Joven ataviada con el traje valenciano.

Para los falleros, la indumentaria no es, ni mucho menos, un tema menor; y ha sido objeto de estudios, análisis, debates e incluso cierta controversia.

Quizás, según Xavier Rausell, investigador de indumentaria tradicional, "la clave está en el hecho de que el traje de valenciana haya sido uno de los últimos elementos en incorporarse al imaginario fallero, lo que hace que estemos hablando de una interpretación de un elemento histórico. Este hecho, unido al propio espíritu de las fallas, que es dinámico y renovador por naturaleza, hace que la indumentaria que portan muchas falleras sea un traje de ritual festivo que ha ido evolucionando, y que puede ser tan digno como cualquier otro".

Rausell explica que los elementos que configuran el traje de valenciana que visten las falleras son "en la parte de arriba, un cuerpo que puede ser de manga larga, de manga de farol o una cotilla; la parte inferior consta de una falda de tejido floral, con pañuelo y delantal y bordada con hilo metálico dorado, sobre unas enaguas. En cuanto al peinado, el tradicional es el de tres moños".

En cuanto al traje masculino, una vez ha caído en desuso el negro que apareció en las décadas de los 50 y 60 del siglo pasado, hay más posibilidades: está el de saragüell, el torrentí corto y el torrentí largo.

Así pues, queda claro que el traje de valenciana también se ha visto sometido a una evolución a lo largo de los años. En este sentido, la indumentarista e investigadora Victoria Liceras pide "coherencia a la hora de configurar sus elementos: cada peinado debe ir acorde con cada falda y cada adorno".

Liceras diferencia "dos tipos de traje: el que, por ejemplo, viste la Fallera Mayor en el día de la exaltación, que se compuso en un momento histórico concreto, está muy consolidado y no hay por qué cuestionarlo; y el traje antiguo de valenciana, que tiene una base histórica y lleva sus propios complementos diferenciados del anterior. Por eso, hay que ser riguroso y no mezclar conceptos".

De ahí la importancia de ponerse en manos profesionales. Victoria Liceras aclara que "una persona que se defina como indumentarista no es la que cose y da consejos sin una base cultural sobre trajes de fallera, sino la que se dedica al estudio y la difusión de la indumentaria".

En cuanto a los tejidos, sin duda, es la seda el hilo que identifica a la indumentaria valenciana. En este campo, la máxima expresión es el espolín, un tejido elaborado de forma artesanal en telar de madera cuya técnica es autóctona de València. "La riqueza y la variedad de los tejidos espolinados hacen que esta ciudad sea el punto de referencia en este ámbito", indica Vicente Genovés, presidente del Colegio del Arte Mayor de la Seda de València.

Ciudad de la Seda

La seda es el tejido que protagoniza la indumentaria valenciana, algo que tiene mucho que ver con la industria sedera que durante siglos se desarrolló en el barrio de Velluters de València.

La ciudad se encuentra enclavada en el kilómetro 9.090 de la Ruta de la Seda.

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