La investigación se inició a finales del pasado mes de noviembre cuando la Guardia Civil fue alertada, a través del sistema de alarma de un domicilio, de una incidencia por un posible robo.

Una patrulla del Cuerpo se desplazó al lugar, un apartamento ubicado en una urbanización del municipio cuya puerta de acceso se encontraba abierta.

En el interior se hallaba un joven semi-desnudo, maniatado con bridas y cinta americana y con signos de haber sido golpeado.

De inmediato fue solicitada la presencia de servicios médicos de emergencia, que realizaron una primera atención sanitaria y lo trasladaron hasta el Hospital Rafael Méndez de Lorca, al presentar heridas y contusiones múltiples.

La Guardia Civil averiguó que los hechos se produjeron sobre las 19.00 horas cuando la víctima, un joven de 25 años y que compartía piso con otra chica -que en ese momento no se hallaba en el domicilio-, abrió la puerta de su vivienda a un amigo con el que había quedado. Acto seguido, tres encapuchados, que se encontraban escondidos en el rellano de la escalera, abordaron con gran violencia a los dos jóvenes y lograron acceder por la fuerza al inmueble.

A continuación, golpearon al morador de la vivienda con bastones metálicos y puños americanos, mientras el otro joven, menor de edad y al que también agredieron, pudo zafarse y huir del apartamento.

Los tres asaltantes registraron toda la vivienda aunque solo lograron sustraer algunos efectos de escaso valor, debido a la activación de la alarma y a la rápida llegada a la urbanización de los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local del municipio, lo que precipitó su huída.

Desde el primer momento, llamó la atención de los investigadores que el menor de edad, amigo de la víctima, una vez pudo escapar de los agresores no alertó de inmediato a la Guardia Civil de lo que allí estaba sucediendo, excusándose con distintas versiones contradictorias.

Esta información hizo sospechar que podía existir una planificación previa entre el menor, supuesto amigo de la víctima, y los tres encapuchados que materializaron la agresión.

Las pesquisas practicadas en torno a este menor permitieron averiguar que conocía las rutinas diarias de la víctima y su presunta vinculación con el tráfico de drogas, por lo que se supuso que el robo estaría dirigido a la sustracción de droga o dinero, derivado la venta de sustancias estupefacientes.

La Guardia Civil identificó a otro menor de edad -supuesto ideólogo del plan- quien, presuntamente, organizó

el desarrollo del asalto, de tal manera que sería el amigo de la víctima el que acudiría al domicilio a visitarlo, aprovechando la ausencia de la compañera de piso, y facilitaría el acceso a los autores materiales de la agresión y el robo.

Cuando el trío de encapuchados accedió al domicilio, fingieron una falsa agresión a este menor, que huyó del lugar mientras éstos agredían y maniataban a la víctima para cometer el robo.

El fin de la trama era el reparto del 'botín' -droga y dinero- entre el menor que, presuntamente, ideó el robo, el falso amigo de la víctima y los tres asaltantes.

El plan resultó fallido cuando se activó el sistema de alarma de la vivienda y se presentaron los agentes, dejando al menor de edad con una difícil coartada, al no haber alertado de inmediato a las fuerzas policiales.

La operación 'Plaqué' ha culminado recientemente, con la desarticulación de un grupo criminal, cuyos cinco miembros han resultado detenidos como presuntos autores de delito de robo con violencia y pertenencia a organización criminal.

Además y fruto de la investigación desarrollada en cuanto a la supuesta tenencia y distribución de sustancia estupefacientes en el domicilio objeto de la investigación, la Guardia Civil ha detenido a una sexta persona (la víctima del robo), como presunta autora de delito de tráfico de droga.

Los arrestados y las diligencias instruidas han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 4 de Lorca y de la Fiscalía de Menores de Murcia.