Desde la despertà hasta el final de cada verbena, las Fallas se disfrutan más en compañía; ya sea en un casal, una carpa o en alguno de los múltiples eventos que acoge la ciudad.

Durante los días 17 y 18 de marzo, las calles de València se inundan de falleros y falleras que desfilan portando ramos, canastillos y hasta pequeños templetes florales. Es la Ofrenda de Flores a la Virgen de los Desamparados. El ambiente es absolutamente festivo, siempre acompañado de bandas de música que entonan, sobre todo, las composiciones más ligadas a la fiesta, como El Fallero de Serrano y Valencia de Padilla.

El origen de esta tradición parece encontrarse en el año 1941, cuando unas clavariesas vestidas de labradoras y cubiertas con unas mantillas depositaron unos ramos de flores en la que todavía era la Capilla de la Virgen de los Desamparados.

Tras su oficialización en 1945 por el entonces presidente de La Junta Central Fallera (JCF), Lluís Martí Alegre, la Ofrenda pasó a formar parte de la estructura misma de la fiesta fallera, de manera que cada año se alza en la plaza de la Virgen una figura en madera de la Geperudeta, cuyos más de 14 metros de altura quedan vestidos con todas las flores que van entregando cada una de las 382 comisiones falleras que por allí desfilan.

Asimismo, los muros de la fachada de la Basílica quedan ocultos bajo un inmenso tapiz floral, configurando así una vista de la plaza que atrae cada año a miles de visitantes, incluso una vez pasada la Nit de la Cremà.

Que las fallas son una fiesta viva, que se va enriqueciendo progresivamente con el paso de los años, es algo que ya hemos visto en diferentes ámbitos.

Pues bien, el auge del Concurso Calles Iluminadas, que organiza la JCF, es un buen ejemplo de cómo un aspecto relativamente moderno se acaba convirtiendo en parte fundamental de la fiesta.

Aunque la costumbre de iluminar las calles de la ciudad de València los días de Fallas no se puede decir que sea reciente, sí lo es la competitividad que ha surgido a medida que se ha ido afianzando este concurso.

Según rezan las bases publicadas por la Junta Central Fallera, el certamen está dirigido a "todas aquellas comisiones de falla que instalen, al menos en dos calles de su demarcación, portadas, arcos, guirnaldas, rótulos o cualquier otro elemento tendente a lograr una iluminación decorativa en dichas calles".

Las comisiones falleras pueden optar por competir en la categoría A, para presupuestos superiores a 11.001 euros; o categoría B, si el montante económico es inferior a esa cifra.

Sin dejar de lado apuestas tan importantes como la que viene realizando la Falla Malvarrosa- Ponz-Cavite, sin duda el punto de referencia para disfrutar de los espectáculos de iluminación es el barrio de Ruzafa.

Fallas como Sueca-Literat Azorín, Cuba-Literat Azorín o Cuba-Puerto Rico dedican gran parte de su presupuesto a la decoración lumínica de sus calles, y diseñan cada año sus ceremonias de encendido con proyectos de luz, sonido y color, en consonancia en muchas ocasiones con la temática de sus fallas, con una espectacular puesta en escena que atrae a miles de visitantes cada año.

Otra de las manifestaciones del caracter social de las Fallas lo constituyen las cabalgatas. El anterior 4 de marzo tuvo lugar la Cabalgata del Ninot, que culminó con una mascletà de colores.

Por otro lado, este año repetirá la Cabalgata del Patrimonio -día 12 a las 18:00 horas-, que tuvo su 1ª edición el pasado año con motivo de la candidatura de la Unesco.

La última será la Cabalgata del Fuego -el 19 a las 19:00-, un desfile de correfuegos como preludio de la cremà.