El que no corre, vuela. En las fiestas que organizan los alumnos para financiar sus viajes de estudios hay un buen dinero del que algunos quieren sacar su tajada. El pasado 18 de este mes sorprendieron a un individuo merodeando por los pasillos del IES Mariana Pineda. Lo pillaron in fraganti entregando un taco de 300 entradas a unos alumnos tras hacerles firmar un contrato por el que se comprometían a organizar una fiesta en una conocida discoteca de Granada. Cada entrada da derecho a «una copa o dos cervezas» y se vende por cinco euros. Tres son para la discoteca y dos para los alumnos. Las cuentas son simples, 900 y 600 euros, respectivamente. El curso pasado, en el IES Albaicín La Salle ocurrió lo mismo, con el mismo intermediario, y se enteraron de una forma casual al ver un profesor un cartel en la calle con el nombre del centro. Desde ese momento se decidió prohibir las fiestas como forma de financiación de los viajes de estudios.

Tratándose de alumnos de primero de Bachillerato, menores, el documento debería firmarlo un padre o un profesor que se haga responsable. Pero ni en un caso ni en otro se presentaron denuncias. Los profesores aseguran tener constancia de que ha ocurrido en más centros. Desde la Federación de Asociaciones de Padres de Andalucía (FAPA), su presidente, José Antonio Puerta, afirma que «hay que estar vigilantes» y controlar quien entra al centro, pero sobre todo estar «muy alerta con el consumo de alcohol» en estas fiestas. Puerta destaca «el valor educativo» de hacer responsables a los alumnos en la organización del viaje, pero siempre supervisados por los padres o los profesores.