La paralización por parte del Ayuntamiento de Palma de las obras para construir una zona especial en la que enterrar a musulmanes ha motivado el enfado de la comunidad islámica balear.

Según estaba previsto por el anterior Ayuntamiento, este área se ubicaría en el interior del cementerio de Son Valentí, algo que el actual consistorio descarta porque el terreno anexo al camposanto municipal está dentro del corredor de la Falca Verde, y no se puede utilizar con finalidades funerarias.

Aunque se están estudiando otras opciones para ubicar el cementerio musulmán, ya que el Ayuntamiento ha reiterado su compromiso con la comunidad islámica, la reacción no se ha hecho esperar.

Los entierran en sus países de origen.

El presidente de la Federación Islámica de las Islas Baleares, Lounis Meziani, ya ha mostrado su enfado por la paralización de las obras ya que, según afirma, su comunidad lleva reclamando más de diez años un cementerio.

Según esta asociación, en Baleares hay alrededor de 30.000 musulmanes, los cuales, al no existir ningún espacio específico para ellos en los cementerios, se ven obligados a realizar colectas para llevar a los fallecidos a sus países y enterrarlos allí.

Además, según el representante, el Ayuntamiento no le ha informado en ningún momento de la paralización de las obras, que contemplaba un presupuesto de 150.000 euros en cinco años.

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