Baraja denunciar a quien le acusa porque considera que su comportamiento en la detención de tres bolivianos en el local Sol y Luna el pasado día 13 no fue «racista ni chulesco». Así lo transmitió ayer al concejal de Seguridad y al superintendente de la policía el agente demandado por coacción, agresión y racismo en la actuación que realizó con otro compañero al ser advertidos de una denuncia vecinal por exceso de ruido en un local de la calle Urzáiz. El agente asegura estar «absolutamente disgustado» con los hechos y espera que las grabaciones en vídeo que dice tener la propietaria del local, Lizbeth Castro, demuestren que su actuación fue correcta. El edil de Seguridad considera que la actitud «chulesca y maleducada» vino de la otra parte porque llegaron incluso a «amenazarle de muerte».De todos modos, habrá juicio debido a la denuncia de Lizbeth Castro. Además, la embajadora de Bolivia en España ha afirmado que hará un seguimiento del caso y pedirá sanción al agente si se corrobora que la actuación fue racista.