'Somos los robots... y podríamos tener que pagarte la pensión'

  • La digitalización de la llamada 'Industria 4.0' dificultará el acceso al trabajo en el mundo y se debate que los robots coticen como trabajadores.
  • Hasta el 45% de las labores humanas podrían automatizarse y en España, con poco empleo tecnológico, se perdería el 12% de los ocupados.
  • "La necesidad de ajuste sobre el empleo actual va a ser muy importante", explica Guillem López-Casasnovas, catedrático de la Pompeu Fabra.
  • "La renta universal podría ser imprescindible para los excluidos del mercado laboral y para mantener el Estado de Bienestar", dice Daniel Viader.
  • GALERÍA: Los robots, ¿sustitutos de la mano de obra humana?
  • DEBATE: A favor: Pepe Álvarez (UGT) | En contra: Antonio Garamendi (Cepyme)
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La recepcionista Kodomoroid, uno de los androides más realistas del mundo, capaz de leer noticias.
La recepcionista Kodomoroid, uno de los androides más realistas del mundo, capaz de leer noticias.
® Plastiques Photography, cortesía del Science Museum
La recepcionista Kodomoroid, uno de los androides más realistas del mundo, capaz de leer noticias.

Sudor resbalando por frentes robóticas y humanos disfrutando de rentas sin remangarse la camisa. Parece una sinopsis de ciencia ficción, pero lo cierto es que la deriva demográfica en el planeta—seremos 10.000 millones de personas en 2050— y un desarrollo tecnológico conocido ya como 'Industria 4.0' fagocitará a marchas forzadas la labor humana.

El lector puede pensar que se exagera; que la máquina de vapor también esquilmó mano de obra. "Quizás no es la transformación mas grande, pero la necesidad de ajuste sobre el empleo actual va a ser muy importante", explica a 20minutos Guillem López-Casasnovas, catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra.

Los expertos cavilan sobre el problemón en ciernes. Si el empleo se convierte en un bien escaso, ¿de qué vivirán los trabajadores? ¿Y qué futuro espera a las pensiones si cotizan cuatro gatos a la Seguridad Social? El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, soltó una idea hace meses: "Los robots deben cotizar". Muchos lo tacharon de frivolidad. Pero con el paso de las semanas, el planteamiento gana apoyos.

"Una cosa debe quedar clara: los robots no son personas", afirmó hace 10 días la eurodiputada Mady Delvaux. Sus palabras sonaron en el Parlamento Europeo como el chirriar de una puerta que se abre a una nueva era. "Gran parte del trabajo humano podrá sustituirse por robots y eso afectará al empleo, a la viabilidad del Estado del Bienestar y a las pensiones", dice el informe que Delvaux presentó en enero en Estrasburgo. Un texto que otea la posibilidad de que las empresas paguen impuestos y cotizaciones por sus máquinas para así "financiar el reciclaje de los trabajadores y sostener económicamente a quienes pierdan su empleo".

Un 'mordisco' a la actividad laboral de los humanos

El debate ya no es solo teórico. Se apoya en números. La OCDE calcula que el 9% de los trabajos en el mundo podría ser automatizado. Piense en algunos de los desarrollos tecnológicos recientes; drones mensajeros, portadores de maletas, repartidores a domicilio, enfermeros, recepcionistas, albañiles metálicos, chefs autómatasvigilantes de seguridad... y hasta redactores de noticias como esta.

Y la víctima no solo sería el sector industrial. Un estudio de McKinsey advierte que  el 75% de las tareas en el sector de alojamiento y  restauración podría ser automatizado en la próxima década, más que en la actividad extractiva (63%) o en la construcción (49%).

La consultora calcula que la digitalización se quedara el 45% de las actividades realizadas por humanos, aunque matiza que más que eliminar trabajos, 'robará' tareas. Es decir, el hostelero podría no cocinar, ni servir, ni fregar, pero recogería reclamaciones y ofrecería un trato personal. Y el tendero se olvidaría de cuadrar la caja, pero seguiría diseñando su escaparate.

La renta básica, ¿ideología o necesidad?

El informe Delvaux advertía de que "si escasea el trabajo debe asegurarse a los ciudadanos que disfruten de un ingreso suficiente para mantener una vida digna". Y no porque sea un derecho, sino porque la automatización creciente del empleo podría convertirlo en necesidad. 

"Es que el concepto de renta básica está variando", apunta López-Casasnovas. "Antes se consideraba algo ideológico y que tendría efectos perversos al desincentivar la búsqueda de empleo; pero claro, si el empleo ya no existe también desaparece el incentivo para encontrarlo".

A la misma tesis se adhiere Daniel Viader, profesor de Economía de la UOC y experto en fiscalidad. "Es muy probable que muchas personas, aunque quieran, no puedan trabajar. La renta universal es ahora un debate politico pero podría acabar siendo imprescindible para los excluídos del mercado de trabajo y para mantener el Estado de Bienestar".

España, además, está peor preparada que otros países para recibir el golpe de la robotización, según apunta la OCDE en su estudio 'El riesgo de la automatización'. El 12% de los ocupados españoles (más de dos millones de personas) estaría en riesgo de quedarse en paro.

Solo Alemania y Austria superan a España en porcentaje. Pero ellos no sufren un paro del 18,6%, ni un déficit anual de 17.000 millones en la Seguridad Social que deja su hucha de reserva en las raspas.

Algunos expertos piden mesura. Consideran que algunas tareas simplemente se sustituirán por otras. Nadie conducirá un coche, pero alguien lo diseñará. Randstad calcula que la digitalización, solo en España, creará más de 1.250.000 empleos en los próximos años.

Pero la multinacional del empleo también advierte que es uno de los países más amenazados porque en el futuro solo sobrevivirán los empleos "en sectores altamente tecnológicos y muy productivos". Y de estos, España se anda sobrados. Solo la región de Madrid resiste la comparación con la UE. Y según Randstad los matriculados en estas carreras caen en 65.000 personas (hasta 345.976 estudiantes) en cuatro años.

"Aunque se creen nuevos puestos, vamos a una pérdida neta de empleo", augura Viader. "Por eso se habla de que no solo paguen tributos las personas físicas o las jurídicas (empresas), sino también las electrónicas. Porque en el futuro podría no haber tantos cotizantes como ahora, se perdería recaudación por IRPF e IVA y peligraría el Estado de Bienestar tal y como lo conocemos hoy"

Surge una duda. ¿Quién debería pagar estos impuestos? ¿El robot como 'persona electrónica', el fabricante de la máquina, o la empresa que la utiliza? "Un impuesto a los fabricantes se podría implantar ya, pero castigaría a un sector como el I+D que precisamente se quiere potenciar", dice Viader. La propuesta que debate la UE va por otro lado: un tipo impositivo específico a compañías donde la robótica tenga un peso específico en su beneficio.

¿Qué trabajo le quedará a los humanos?

La respuesta a esta pregunta da algo de vértigo. El Foro Económico Mundial presentó hace semanas en Davos un informe ('The Future of Jobs') que aseguraba que el 65% de los actuales estudiantes de Primaria trabajará en empleos que no existen todavía.

Los más demandados, según Randstad, serán los 'knowledge workers' (cualificados y con capacidad difícilmente imitable) y los trabajadores con capacidad de liderazgo, creatividad, pensamiento crítico e inteligencia emocional. Factores muy difícilmente replicables en un autómata.

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