La primera actuación tuvo lugar el pasado 19 de enero en la terminal 3 del aeropuerto cuando un pasajero, de nacionalidad española que viajaba a Palma de Mallorca, fue interceptado portando ocultas en sus tobilleras y sujetas mediante cinta aislante nueve pastillas de hachís que arrojaron un peso aproximado de 900 gramos, siendo acusado de un delito contra la salud pública.

Por otro lado, el pasado 3 de febrero fue detenido un varón de nacionalidad magrebí y de 40 años cuando se disponía a realizar el preembarque de su vuelo con destino a Copenhague (Dinamarca) donde fue interceptado por los guardias civiles que procedieron a identificar y examinar al pasajero. El estado de nerviosismo del detenido hizo sospechar a los agentes de que portaba droga en su organismo, por lo que se le instó a realizarle una prueba radiológica, confesando en ese momento que había ingerido numerosas bellotas de hachís.

Tras la realización del examen radiológico le fueron detectadas un gran número de cápsulas en la cavidad abdominal, siendo trasladado con urgencia hasta un centro médico de la localidad donde ha permanecido 30 horas hasta la total expulsión de las 58 bellotas que había ingerido, que han arrojado un peso aproximado de 677,8 gramos.

El detenido, al que le constaban varios antecedentes por tráfico de sustancias psicotrópicas, fue puesto a disposición de la autoridad judicial como presunto autor de un delito contra la salud pública.