El 31 de octubre se estrena en los cines Los Totenwackers, una película de suspense destinada a los niños. En la cinta, del director Ibon Cormenzana, el papel de mala lo asume Geraldine Chaplin.

¿Por qué aceptó el proyecto?

Por primera vez en mi vida, por el papel. Al director no lo conocía, pero interpretar a una asesina en serie era irresistible; más con una pelea física, a puñetazo limpio, con un fantasma...

¿Cómo fue rodar con niños?

Muy grato. Normalmente lo detesto, me parece que los están maltratando, que deberían estar en el colegio; pero con una niña extraordinaria como Elisa (Drabben) se puede aprender muchísimo.

Últimamente la vemos en muchas cintas, ¿por qué?

Por las arrugas (risas). Muy poca gente de mi edad no se ha hecho la cirugía, así que estoy haciendo de abuela.

Ha trabajado en El orfanato, ¿le está cogiendo el gusto al cine de terror?

A hacerlo, sí; verlo me da mucho miedo (risas).

¿Cómo puede un crítico analizar Los Totenwackers?

Para hablar de esta película, los críticos deberían ser menores de 15 años. No creo que un adulto tenga derecho.

¿Le importan los galardones?

No me gustan los reconocimientos que te ofrecen para que les hagas publicidad y no porque los merezcas, y no hablo del Goya ni de la Medalla de Oro. Los premios, que se los den a mis hijos cuando me muera.

¿Cómo viviría su padre hoy?

Estoy muy contenta de que no haya visto el mundo en que vivimos ahora. Mi padre era optimista respecto al futuro del ser humano.

¿Le molesta que le pregunten por él?

Me enorgullece. Cuando no lo hacen, me asusto.

BIO

Hija de Charles Chaplin, nació en California en 1944. Ha ganado un Goya y la Medalla de Oro de la Academia.