Carmena: "La izquierda tiene más capacidad de mejorar lo público"

  • Carmena dice que se ve con fuerzas para agotar su mandato. "Lo que no está en mi mano es controlar mis arterias".
  • "No odio los coches. Son imprescindibles. Pero es importante que haya zonas peatonalizadas".
  • "Está naciendo una nueva generación de izquierdas, asegura la alcaldesa.
Manuela Carmena, en un momento de la entrevista en 20minutos.
Manuela Carmena, en un momento de la entrevista en 20minutos.
JORGE PARÍS
Manuela Carmena, en un momento de la entrevista en 20minutos.

Madrileña, licenciada en Derecho, militante del PCE hace medio siglo, abogada de detenidos antifranquistas, juez largos años -desde instrucción a miembro del CGPJ- jurista, Premio Nacional de Derechos Humanos en 1986... Manuela Carmena (73 años cumplidos este jueves 9 de febrero) es desde junio de 2015 alcaldesa de Madrid.

¿En qué ha mejorado Madrid en sus 18 meses de alcaldesa en su opinión?

En clima político, en manera de hacer política. Ahora es más abierta, más receptiva. Buscando siempre acuerdos, no buscando confrontación. Aparte, ha cambiado en que por primera vez estamos en vías de conseguir un aire más limpio. Hemos empezado a demostrar que se puede conseguir, que se puede luchar con lo que significa los gases invernadero, el dióxido de nitrógeno.

¿Esa va a ser una de las banderas del mandato?

Creo que sí. Y hemos demostrado cómo se pueden recuperar espacios en la ciudad, cerrar heridas de abandonos. Era una herida el tema del Mahou-Calderón. En Canalejas, otra herida. Edificios parados, edificios intervenidos. Vamos buscando soluciones, alternativas. También el Plan MAD-RE, que está ya funcionando. Me encanta el nombre, porque indica lo importante que es cuidar una ciudad y su rehabilitación. 26.000 familias que han optado ya por la rehabilitación. ¿Qué más ha mejorado? El abordar desde el ayuntamiento el tema de los desahucios, buscar alternativas. Y también ha mejorado el que ya hay unos cauces de participación.

¿Y en qué ha empeorado?

No lo sé, no sabría decir...

¿Es más ruidosa la ciudad?

Creo que no, yo creo que ya era ruidosa antes.

¿Está más limpia?

Creo que está más limpia. A pesar de que hemos tenido una campaña en contra, está mucho más limpia y además, afortunadamente, tenemos nosotros los datos y vemos la cantidad de basura que se recoge. Pero no está todo lo limpia que necesitamos todavía, hay que limpiarla más, y para eso hay que contar con que los ciudadanos dejen de ensuciar. Yo como madrugo mucho por las mañanas, cuando salgo a coger el metro o a andar, muchas veces ahora me vengo andando para mejorar mi salud, y paso a lo mejor hora y media andando, veo que está impecable la ciudad, pero inmediatamente se empieza a ensuciar. ¿Por qué? Porque hay mucha irresponsabilidad. Todavía hay gente que tira un papel al suelo.

¿Y eso es un problema de qué, de concienciación?

Es un problema de educación cívica, que ha estado muy descuidada. Hemos hecho campañas, pero queremos hacer muchas más.

Me sorprende que no me diga que lo que ha mejorado es la deuda. ¿Ha mejorado la deuda?

¡Claro que ha mejorado! Y otra cosa más bonita que la deuda: el pago a los acreedores. Creo que somos ahora mismo la institución que paga más rápidamente a los acreedores. Pagamos en 9 días.

¿Cuál es el secreto de esa mejor gestión financiera? Uno de los grandes mitos de la política, o falsa leyenda, es que la derecha gestiona muy bien el dinero y que la izquierda no sabe hacerlo.

Es un tópico que no es cierto. La izquierda, en cuanto ama lo público y le interesa lo público, tiene más capacidad de mejorar lo público porque es realmente quien está interesado en el desarrollo de los servicios públicos. La externalización de muchos servicios muchas veces desde gobiernos de derechas ha significado como una desconfianza sobre la posibilidad de la eficacia de lo público, y nosotros no la tenemos.

¿Y por qué esos encontronazos con el Ministerio de Hacienda, pese a esa presunta o real buena gestión financiera?

Somos los ayuntamientos que vamos bien y tenemos excedente los que tenemos esos problemas. La regla de gasto se estableció fundamentalmente para evitar que los gobiernos municipales y los otros gobiernos locales se endeudaran. Era una regla hecha para el no endeudamiento, pero cuando no se endeudan y hay excedentes no está previsto, y por eso es tan importante que se cambie esta norma.

¿Ve una persecución ideológica por parte del ministerio o del ministro Montoro hacia el Ayuntamiento de Madrid?

No, no lo creo. Sé de otras Alcaldías vinculadas al PP que tienen los mismos problemas que tenemos nosotros. A los ayuntamientos que tienen una buena organización contable y tienen excedente nos obligan por una parte a adelantar el pago de la deuda con lo que significa eso, que es un negocio ruinoso adelantar el pago de las deudas, o por el contrario el tener un dinero paralizado, que también es absurdo, y no poder dedicarlo a lo que la sociedad necesita. Yo sé por ejemplo que los pavimentos están muy descuidados y los pavimentos hay que preservarlos, tenemos que buscar mejor manera de conservar muchas de las cosas todavía. Una de las tareas más importantes que hemos hecho ha sido proteger los edificios que estaban a punto de caerse y buscarles alternativas, y eso necesita dinero. Nosotros tenemos ahora varios procesos de rehabilitación que algunos los vamos a sacar a concurso para que haya una colaboración público privada y otros que vamos a rehabilitar nosotros mismos, como puede ser el Palacio de Sueca o algún otro que estaba ya hasta con un procedimiento jurídico de responsabilidad del ayuntamiento por haberlo dejado estropear y haberlo dejado caer.

Hacienda todavía no ha aprobado el plan financiero del ayuntamiento.

Tenemos que hacer ahora el nuevo plan. Han considerado que no éramos lo suficientemente precisos. El 28 de marzo es la fecha clave en la que tenemos que tenerlo listo.

¿En las negociaciones con el PSOE para sacar adelante los Presupuestos municipales de 2017 se ha hablado de que los socialistas entren en el Gobierno que usted dirige?

No. Todas las conversaciones, que culminaron el pasado miércoles con la firma del acuerdo con el PSOE, han estado encaminadas a sacar adelante los Presupuestos, que previsiblemente serán aprobados la próxima semana. Todas las conversaciones han tenido como objetivo lograr los mejores Presupuestos para la ciudad, de forma que sean una herramienta eficaz para desarrollar las políticas públicas y sociales que deseamos.

¿Qué planes de los que traía cuando llegó a la Alcaldía cree que no va a poder realizar?

Creo que es evidente que no se va a poder conseguir como a mí me gustaría una gran reforma en la eficacia de la propia estructura burocrática del ayuntamiento.

¿Con lo ciudadano, interna, o las dos cosas?

Interna. Es muy importante. Hemos mejorado muchos algunos servicios. Estoy muy orgullosa, por ejemplo, de cómo hemos mejorado la concesión de las licencias de actividad. En octubre se puso la primera oficina informática que permite conseguir una licencia de declaración responsable en el momento, inmediata. Cuando nosotros llegamos, algunas tardaban hasta 9 meses. Estoy orgullosa de eso, pero nos quedan otras cosas que no. Tenemos que mejorar la contratación. Tardamos muchísimos en hacer los procesos de contratación.

¿Va a recuperar la gestión interna?

No. Vamos recuperando algunas cosas que son interesantes y convenientes, pero poquitas, porque tenemos la limitación del crecimiento de plantilla. Ni siquiera tenemos la tasa de reposición completa, solamente para los servicios excepcionales, y eso nos impide que si nosotros queremos quedarnos con servicios que ahora mismo están externalizados, pues no lo podamos hacer en este momento. La Constitución nos obliga a la administración a ser eficaces y eficientes, y nuestros servicios públicos lo tienen que ser, pero queremos que sean públicos.

Si tuviera que enumerar, ordenados de mayor a menor, los principales problemas de la ciudad, ¿cuáles serían?

Es difícil. La contaminación, que le afecta a todo el mundo. Una densidad del tráfico en muchos momentos no adecuada, aunque yo creo que estamos en las ciudades que tienen mejor tráfico a pesar de todo, no por la gestión de este ayuntamiento, sino porque se utiliza mucho el transporte público. La falta de cohesión, la desigualdad entre unos distritos y otros. Y que faltan muchos resortes públicos necesarios; por ejemplo, poder ofrecer muchas más escuelas infantiles, que son clave. La educación de 0 a 3 es imprescindible. En marzo empiezan a construirse ocho nuevas escuelas infantiles, pero seguramente harían falta más de ocho, y así nos pasa pues con otros servicios. Impulsar la cultura, tarea absolutamente esencial del ayuntamiento.

¿Y las principales fortalezas de la ciudad?

Una enorme, que es la seguridad. Yo me reúno mucho con los embajadores, esos vecinos ilustres que representan a todos los países, y me dicen: "no os dais cuenta los madrileños de la suerte que tenéis con una ciudad tan segura". Madrid no solamente es una de las ciudades más seguras del mundo, sino que es ciudad acogedora, una ciudad simpática. Si no, no sería pensable que la alcaldesa de Madrid vaya normalmente en transporte público, sin ninguna incidencia. Yo todas las mañanas valoro muchísimo que las sonrisas que me dirigen muchos vecinos.

¿Sigue moviéndose en transporte público?

Sí, sí.

¿Y caminando?

Y caminando también.

¿Cuánto al día de media?

Depende. Seis kilómetros, siete kilómetros. Hora y media.

¿Desde su domicilio a la Alcaldía?

Sí, sí. O a veces me voy a otra punta y me hago la hora y media, para no pasear solamente por los mismos sitios...

Y decía que uno de los más satisfactorios es la sonrisa de vecinos.

Sí, sobre todo en el Metro. Cuando vas andando igual te encuentras a alguien que te conoce y te dice normalmente cosas agradables, pero en el metro es un momento en el que las personas nos miramos unos a otros, es más fácil.

¿Y lo contrario, alcaldesa?

Pues me ha pasado alguna vez, pero muy poco. Siempre es desagradable tenerle que decir a una persona cosas desagradables, pero algunas personas sí lo han hecho. Cuando empezamos a hablar de la memoria histórica, un señor muy enfadado me vino a decir que estaba muy en contra, y yo le dije, "déjeme, que se lo explique", y él me dijo, "no, no, no quiero que me explique nada, porque usted habla mucho, ahora voy a hablar yo". Y habló un ratito y yo esperé a que acabara, y le dije, "muchas gracias", y ya está, no pasa nada.

¿Pero no se lo explicó?

No me dejó, así que yo simplemente le escuché a él, que es lo que él quería que hiciera.

Una de sus decisiones más polémicas ha sido el cierre parcial al tráfico de la Gran Vía, estas Navidades. Parte de la oposición ha llegado a decir que usted odia los coches, que es enemiga declarada de los coches.

Eso no ha sido la oposición, ha sido exclusivamente de un sector pequeño del Partido Popular.

¿No odia los coches?

¡Qué va, me parece que son imprescindibles!

¿Pero aspiraría a peatonalizar gran parte de la ciudad si pudiera?

Pues algunas partes sí, y otras no, pero yo creo que es importante que haya zonas peatonalizadas. En la Gran Vía, el diseño que tenemos es una peatonalización parcial. De todas maneras, estamos esperando el resultado de la consulta popular.

Si pudiera, ¿la peatonalizaría por completo, como está por ejemplo Preciados o parte de Fuencarral?

No, porque tiene otras características. Fuencarral tiene Hortaleza casi paralela. Creo que los de Hortaleza estarían encantados, porque desde el punto de vista de la vida y del comercio Fuencarral es mucho más activo.

¿Han detectado alguna otra calle que pueda ser susceptible de peatonalizar en parte?

Sí... Hemos hecho un análisis y, más o menos, la mitad del tráfico de la Gran Vía es de paso, y no tiene mucho sentido que una vía como la Gran Vía, que es una vía propia de la ciudad, de vivir la ciudad, de encontrarla, de poder ir a un restaurante, de poder ir a comprar, de poder sentarse un rato en un sitio, en una terraza, eso que tiene esa particularidad que tiene la Gran Vía, no pega mucho con que se convierta en una vía simplemente transversal de acceso.. En las rondas hemos estado observando en estas Pascuas...

Génova, Sagasta...

Si no se les hubiera quitado aquellos maravillosos bulevares...

¿Van a volver?

Ahora mismo no se habla, pero no pienso que sea una reflexión disparatada para el futuro, cuando se vaya peatonalizando cada vez más la ciudad, y haya unas estructuras de transporte que cada vez sean menos invasivas del espacio público.

¿Le gustaría dejar como legado, el día que deje de ser alcaldesa, un Madrid mucho más peatonalizado?

Sí. Es necesario por varias razones. Primero, porque es una manera de garantizar la limpieza del aire. Ya sé que si nosotros ponemos en marcha muchísimo vehículo eléctrico, pues evidentemente puede bajar, desde luego el dióxido de nitrógeno bajaría, pero también es bueno considerar que no solamente es preciso el que se pasee, el que se ande, por el hecho de que así no se utiliza el vehículo y no ensuciamos el aire, sino que aprovechar una ciudad para pasear es conquistarla, es tener la posibilidad de entenderse mejor con ella. Cuando uno va en coche, no ve los comercios, no ves lo que hay. Sin embargo, cuando vas paseando ves cosas que antes no veías. Los impulsos de la ciudad te llegan más, te enriquece la vida, te enriquece tu posibilidad de desarrollarte en tu ciudad más y mejor.

¿Qué agenda tiene el Ayuntamiento para la Operación Chamartín?

Hemos hecho un acuerdo con el Ministerio de Fomento para una mesa de trabajo en la que naturalmente participa la empresa que es titular de los derechos urbanísticos. Vamos a replantear cómo podemos encontrar un proceso que, como dijo muy bien el Ministro de Fomento, debe liderar el Ayuntamiento de Madrid. El Ayuntamiento es el responsable de la estructura urbana de la ciudad y tiene que cuidarla. Hay que diseñar barrios que resulten acogedores y adecuados para el desarrollo de las vidas individuales y colectivas. El debate en esa mesa está funcionando muy bien, haremos mucho esfuerzo en centrarnos en el nudo y en la estación. Madrid necesita otra estación mucho más moderna, acogedora, eficaz, eficiente. Se está haciendo un esfuerzo para diferenciar en la zona entre el norte y el sur de la M-30, probablemente podamos hablar de edificaciones diferentes según en qué zona.

¿Se sintió muy presionada al llegar a la Alcaldía con el modelo que estaba en ese momento...?

No, no han intentado. Han venido a hablar como ha venido a hablar tanta gente, pero no hemos recibido ningún tipo de presión en ese sentido.

¿La relación era mejor con la anterior ministra de Fomento o ahora con el actual ministro?

Con Ana Pastor tengo muy buena relación con ella a nivel personal desde hace mucho tiempo. Con el nuevo ministro, ayuda mucho que ha sido antes alcalde.

¿Cuántas horas le dedica al día a la Alcaldía?

Depende. Este es un trabajo un poco raro y un poquito complicado. Hay que dedicarle tiempo, pero muchas veces el trabajo también está trufado de momentos en que reflexiono.

¿Le dedica a la Alcaldía más tiempo de lo que pensaba cuando tomó la decisión de presentarse a candidata?

Le dedico mucho tiempo, como he dedicado siempre a todos los trabajos en los que he estado. Cuando era magistrada tenía que trabajar muchísimo también. Ahora tiene intensidad el trabajo, pero siempre me ha gustado intercalar la vida entre el trabajo. Para mí es muy importante reflexionar. ¿Es eso trabajo? Pues supongo que sí, pero también es satisfacción, te produce una especie de desarrollo personal grandísimo. También estoy conociendo a mucha gente distinta, que no conocía, eso es muy, muy interesante.

¿Y se ve con fuerzas para agotar el mandato, sin ningún problema?

Sí, sí. Está siempre el tema de la salud. Yo le decía a los médicos que creo que a mí no me afecta el estrés, y los médicos con mucha sabiduría me decían: "quizá a ti no, pero a tus arterias a lo mejor sí". Lo que no está en mi mano es controlar a mis arterias, para eso tomo medicación y esas cosas.

¿Se fía del PSOE como aliado?

Yo me fío de personas, no me fío de partidos. Para mí es muy importante la enorme confianza que tengo en la portavoz, la señora Causapié, que creo que es una persona excelente que lidera maravillosamente bien el grupo parlamentario. Y de eso me fío, de las personas, de ella, de los que conforman el grupo.

¿Cree que el proceso interno que tiene el PSOE abierto a nivel federal y el resultado de quién acabe siendo el nuevo líder del PSOE y el nuevo proyecto del PSOE le puede afectar a la estabilidad del Gobierno Municipal de Madrid?

No lo sé, la verdad. Los partidos tradicionales tienen esas consecuencias, que pueden cambiar sus políticas y pueden cambiar alianzas. Me parece que la postura del Partido Socialista en relación con este ayuntamiento ha sabido siempre valorar lo que significa un cambio para la ciudad de Madrid. Ya sabemos que después en sus declaraciones en muchas ocasiones ellos dicen que no es suficiente. Es normal, yo lo entiendo, es lógico, pero saben que ha habido un cambio profundo.

¿Y el otro proceso interno de debate, el de Podemos, puede afectar al Ayuntamiento?

No. Nosotros en eso tenemos mucha suerte. La vinculación de las personas que están conmigo, que forman parte del equipo de Gobierno, que formaron la candidatura, no hay nadie que esté allí por ser de Podemos. Están aquí como personas. Yo no me reúno ni con el partido de Podemos ni con el partido de Equo. Me reúno con personas y ahí intento trabajar. Yo no me reúno con partidos, no estoy muy al tanto de lo que hace detrás.

¿Cómo valora que Pablo Iglesias ofreciera a Íñigo Errejón ser el candidato de Podemos a la Alcaldía de Madrid en las próximas elecciones municipales?

Tengo por costumbre no opinar de cuestiones partidistas ni de política nacional. Soy alcaldesa de Madrid y eso es a lo que me dedico con todas mis energías. Suelo decir que soy una política ocasional, a la que ahora le toca hacer este trabajo un poco raro durante esta legislatura. Por lo tanto, no tengo nada que comentar sobre este asunto.

¿Qué cree que está pasando dentro de Podemos? ¿Hay una pugna entre dos maneras de ver el partido y la estrategia o es una lucha de poder entre Iglesias y Errejón?

Yo quizá no soy la persona más indicada para hablar de algo que no conozco demasiado. Desde fuera, tengo la sensación de que indica la incapacidad de que haya nuevos partidos políticos, porque el partido político, por sí mismo, tiene unas características que hace envejecer cualquier alternativa. Es aquello de "El vino nuevo en los odres viejos", que se decía en el Evangelio. Pues algo de eso es lo que sucede. Hoy día no es posible llevar todo el caudal de iniciativa y novedad que necesita la concepción del gobierno utilizando los partidos tradicionales.

¿Cree que los partidos están superados como fórmula de acción política?

Están cuestionados. Si preguntas en general a la ciudadanía, si lees cosas de lo que escriben los politólogos, hay una crítica respecto a los partidos, un replantear los partidos, cuál es su papel... Vivimos en una sociedad en la que los individuos cada vez están más empoderados, son más fuertes, tienen más cultura, tienen más capacidad de conocimiento, y la gente puede decir, "pues de este grupo, llámese partido o no, me gusta esto, del otro me gusta lo otro, de este me gusta la persona, de este me gusta esta idea". Y sin embargo los partidos siempre están pensados como una carcasa cerrada, en la que tienes que estar dentro, tienes que aceptar toda la estructura del partido, en la que cualquier desvío se considera como una traición, y eso es muy pobre. Eso lo que hace constantemente es empobrecer, secar la individualidad, secar la libertad, y no es bueno.

¿Me está diciendo que no le ve viabilidad a los nuevos partidos, a Podemos o a Ciudadanos o el PSOE refundado, si se refunda, y que las costuras van a volver a saltar?

No me atrevo a decir que no tengan vida, lo que quiero decir es que creo que van a tener vida azarosa.

Y de lo que ve a su alrededor en su ámbito ideológico, que es la izquierda, ¿qué le gusta?

Me gusta cómo veo que se está conformando una sociedad orientada, como si dijéramos, en una línea de izquierdas. Me gusta que la gente cada vez tiene más claro que para desarrollar sus propias ilusiones, su propio concepto personal, su propio plan, su propio sueño, necesita vivir en una sociedad en la que no haya actos de crueldad, en lo que no haya actos de violencia, en la que no haya desigualdad, en lo que haya una estructura que le permita a él tener lo que necesita, lo que es necesario para vivir bien, para vivir confortablemente, pero que tampoco vea miseria, violencia, crueldad. Afortunadamente, las nuevas generaciones son sensibles, con una gran capacidad empática, porque los procesos de educación han dado resultado, y a nadie le agrada, por ejemplo, ver lo que significa lo que está pasando ahora con Estados Unidos, o a nadie le agrada saber ese niño muerto que ha aparecido en las costas del sur de España, porque es algo tan duro, es algo que no te puedes encontrar cómodo. Yo creo que se pide a los gobernantes que resuelvan esos problemas, que hagan la vida más fácil para todos, y a su vez también, para cada uno de ellos. Creo que los nuevos perfiles de lo que puede ser la izquierda siempre tienen que pasar por un gran desarrollo de la libertad y de la capacidad de tener mucho tiempo libre, de poder disfrutar de la vida, de salir del estrés, de salir de la angustia, de la competitividad, de salir también de la angustia de una ciudad envenenada por el aire... Creo que se va perfilando una manera de ser que quiere una nueva izquierda, entendida la izquierda como esos procesos de renovación frente a lo tradicional, y que están siempre encaminadas a los valores esenciales del desarrollo de la humanidad.

¿Estamos entonces, en su opinión, ante una especie de cambio de hábitat?

Yo creo que sí.

¿Y hacia dónde va ese mundo?

Va hacia encontrar unas nuevas formas, que ya se están viendo. ¿Por qué para la ciudadanía es tan insoportable que haya corrupción? Porque la corrupción es deleznable. ¿Qué sentido tiene que alguien tenga la hipocresía de decir que está trabajando por lo de todos, y mientras tanto se esté labrando un patrimonio? Es tan absolutamente escandaloso, pero además es que estéticamente es repugnante, yo creo que eso cada vez está más claro. La gente quiere que haya unas personas que estén en el gobierno, probablemente no por mucho tiempo, pues unos determinados años, después vuelvan a su propia vida, laboral, profesional, y que sean ciudadanos que simplemente ponen su tarea en mejorar el conjunto, y cada vez buscar más estructuras de participación. A mí me entusiasma cada vez detecto más en la ciudad muchísimas iniciativas interesantísimas, nuevas maneras de trabajar, de disfrutar, de tener unos planteamientos estéticos y éticos. Está naciendo una nueva generación de izquierdas.

¿Y en todo ese proceso de cambio acabará cambiando la democracia representativa?

Creo que sí, que acabará flexibilizándose y haciéndose menos cosificada y menos estructurada en el teatro de la política. El discurso político es un teatro. Yo hablaba el otro día con unos concejales de la oposición y les decía, "¿pero cómo es posible que mantengamos una agresividad de esas características?". Les contaba que me encontré un día por la calle a un muchacho muy joven, súper agradable, que vino a felicitarme, a decir que le gustaba lo que estábamos haciendo y tal, y hablando precisamente de una persona de la oposición me decía que odiaba a esa persona. Y yo le decía: "no, no le odies; si lo que dice es teatro, luego no es así". Lo terrible es que con ese teatro se envenena a la sociedad, y estamos haciendo algo muy malo. Una profesora de una de las universidades de Madrid me decía el otro día: "lo notamos en los estudiantes, se están contagiando, no saben dialogar con una actitud de respeto; van al insulto, a la descalificación.

¿Eso no pasa también en el ámbito de la izquierda?

Sí, claro que sí.

¿No es un problema solo de algunos políticos o líderes de la derecha?

No, no, es en general. Yo lo que intento es desactivar ese odio que produce una violencia absolutamente artificial en el diálogo político. Nosotros en el pleno nos estamos diciendo unas descalificaciones terribles: "ustedes son unos inútiles, unos sectarios, unos incompetentes, y tal". Y esa persona cuando nos estamos tomando el café, está súper amable y dice: "oye, qué bien esto que hiciste". Es una hipocresía inaceptable. Los partidos políticos buscan una diferenciación como sea. No tiene sentido, no podemos estar teniendo un diálogo político agresivo, porque necesitamos las opiniones de todos, pero es muy difícil que las recibas si antes de que te digan cuál es esa opinión han empleado los preciosos momentos anteriores para descalificarte, para decirte que eres un inútil, que no sabes hacer nada, que eres un sectario. Es absurdo.

¿A esa reflexión cree que está llegando a la derecha?

Creo que sí. Bueno, yo soy muy optimista. A mí me gusta mucho cuando hablo con los compañeros de la oposición, más ubicados en la derecha, y veo que alguna de estas cosas van calando, van siendo conscientes de que esa agresividad es un puro teatro.

¿Cómo ve a Mariano Rajoy? ¿Hay un Rajoy de minoría, como ahora, diferente al de la mayoría absoluta de la anterior legislatura?

Yo no soy politóloga, yo hablo de lo que sé, que es del Ayuntamiento de Madrid y las reflexiones que me lleva a cabo el Ayuntamiento de Madrid. De política, de carácter general, no te puedo decir gran cosa.

Pero tendrá una visión como ciudadana.

Sí, pero no me parece útil decírsela. No me parece interesante ni me parece conveniente decirlo eso Yo tengo que hablar de lo que sé, que es Madrid, mis reflexiones sobre al Ayuntamiento de Madrid.

Bien, pero ¿cómo ve la primera magistratura municipal española a la primera magistratura de la administración central?

Pues no me gusta mucho; vamos, no me gusta nada. Voy a intentar hacer un esfuerzo por precisar algo, pero lo hago con muchas reservas, porque no conozco personalmente al presidente del Gobierno. En las actitudes que tiene, todos estamos observando que hay un cambio de actitud, el cambio de actitud de no tener una mayoría absoluta y quizá el cambio también de haber aprendido que para gobernar hay que gobernar de otra manera.

¿Pero sí advierte algún cambio, por lo menos en las maneras?

Sí, es evidente.

¿Y en las políticas?

No puedo valorar eso. No es mi función, no lo debo hacer.

Vamos a volver a la izquierda. Da la impresión de que la izquierda clásica, la socialdemocracia clásica, tiene un problema, no sé si de proyecto, de modelo, de liderazgo.. en la Europa de después de la crisis y del mundo globalizado. ¿Qué está pasando en la izquierda? ¿Por qué no encuentra su lugar esa izquierda clásica?

Creo que ya le he dado algunas de las referencias. A mí me parece que no se identifican bien las nuevas generaciones con la manera en la que las soluciones clásicas socialdemócratas se ofrecen ahora a los ciudadanos. Me parece que se pide otra cosa, se pide una capacidad de incidir más en la gestión de lo público, se pide una capacidad de interpretación diferente. Aceptando que probablemente la socialdemocracia ha sido quien ha dado unos mayores rangos de tiempo de felicidad y de desarrollo a aquellos pueblos que han tenido la ocasión de desarrollar esos programas. Es como si ahora o porque están muy enquistados en la burocracia, o porque no han sabido singularizarse, o porque no consiguen que haya unas estructuras de participación... ahora no tienen el respaldo que sería necesario.

¿Y sí están dándole ese respaldo, esa respuesta a la sociedad, los movimientos políticos y partidos que están apareciendo a la izquierda de la socialdemocracia clásica?

La gente creo que se identifica más con los talantes que con las soluciones concretas. Mucha gente joven se identifica porque ve actitudes diferentes.

¿Qué opina de Trump, de los primeros pasos de Trump?

Es muy preocupante. Es un presidente que está tomando decisiones ejecutivas absolutamente contrarias a la cultura democrática que está ya consolidada en el mundo, que está vulnerando los derechos humanos de una manera sistemática, y que por tanto está poniendo en cuestión los grandes retos, los grandes logros de la humanidad, durante yo diría que casi un siglo o siglo y medio. Es cuestionar toda la construcción que hemos hecho de todo el contenido progresivo del desarrollo de la Humanidad.

Con elecciones como la de Trump, ¿el mundo mejora o empeora?

Empeora y muchísimo, sin duda. Los procesos de selección de la democracia representativa tienen unos grandes fallos, unos fallos extraordinarios. De alguna manera el proceso, en sí mismo, acaba siendo tan espectáculo, tan poco profundo, que da esos resultados.

Y que fomenta, lo que comentaba antes, la teatralidad.

Sí, y por tanto la irresponsabilidad en la decisión, porque entonces tú decides en relación con un teatro que estás viendo, pero no sabes cuál es el guion de esa obra de teatro, qué es lo que hay detrás.

¿Cree que existe en Europa el riesgo de que salgan elegidos líderes del modelo Trump?

Creo que no. Europa tiene unas características distintas y a pesar de lo también sorprendidos que nos ha dejado el resultado del brexit en Gran Bretaña, creo que Europa tiene una cultura mucho más asentada en los procesos de los derechos humanos.

Pero también lo creímos de Estados Unidos.

Sí, pero en Estados Unidos estaban pasando ya cosas que nos deberían haber hecho pensar. Por ejemplo, la cantidad de gente que no participaba en las elecciones, las características tan singulares que estaban tomando los distintos procesos electorales... Allí ha habido como unos procesos de confusión, y probablemente en un país como Estados Unidos donde hay unos grandes desniveles culturales entre las ciudades y el campo, ha podido producir algo de todo esto.

¿Y ese riesgo no lo ve en Europa?

Me parece mucho más difícil. Europa es mucho más urbanizada que Estados Unidos. Las ciudades tienen un liderazgo extraordinario, quizá pues porque somos más pequeñitos.

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