El hombre, de sesenta y ocho años de edad estaba solo mientras trabajaba despejando su finca de malas hierbas. En un pequeño instante las llamas empezaron a extenderse por el monte y el fuego fue ya incontrolable. Se quedó atrapado dentro.

Los vecinos fueron los primeros en acudir al rescate del hombre, pero llegaron demasiado tarde, se encontraron a su compañero semi inconsciente y con quemaduras de tercer grado en el ochenta por ciento de su cuerpo, que le afectaron sobre todo a las piernas y el cuello. Rápidamente fue trasladado a la Unidad de Quemados del Hospital de Povisa de Vigo donde fallecía durante la pasada noche.

Desde el 15 de octubre ya se han dado permisos para quemar los residuos agrícolas de las fincas. A pesar de los riesgos que conlleva esta actividad durante estos días ya se han registrado dos incendios. El primero de ellos este fin de semana en Ponte Caldelas, que se llevó por delante quince hectáreas de monte repoblado y, el segundo, este de Estribela que se saldó con una vida.

Cada año se dan en Galicia 200 mil autorizaciones Los problemas están motivados por el clima, ya que hace mucho tiempo que no llueve y la vegetación está muy seca, lo que facilita la rápida extensión de los fuegos como si fuese verano.

La autoridades hacen hincapié en el debido cumplimiento de la ley de prevención de incendios, "si se cumpliese a raja tabla la normativa no habría ningún problema", afirman desde medio rural. A grandes rasgos la ley obliga a hacer la quema a la luz del día, poner cortafuegos con cinco metros de seguridad y parar de quemar si empieza a soplar el viento. La autorización se consigue a través de una llamada telefónica.

Asimismo, la administración advierte que son de sobra conocidas las normativas de seguridad antiincendios, por lo que el que no cumpla la ley le podrá caer una multa de hasta un millón de euros.

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