Los servicios sociales y sanitarios llamarán periódicamente por teléfono a unos 100.000 catalanes vulnerables si el calor aprieta. Son personas mayores que viven solas, sobre todo en ciudades, de más de 75 años y con condiciones sociales precarias, enfermos crónicos (diabéticos, hipertensos o con patologías respiratorias) así como discapacitados con limitaciones para cuidarse.
Se trata, explicó la consellera de Salut, Marina Geli, que desde los ambulatorios o los servicios sociales «se vaya a ver a estos pacientes frágiles, y no a la inversa». El seguimiento de este colectivo también correrá a cargo de ONG como Creu Roja o Caritas.
Las medidas especiales se activarán cuando el termómetro supere «de manera sostenida» los 35 grados en la costa y los 40 en el interior del país, explicó el director general de Salut Pública, Antoni Plasència.
Con la ola de calor sobre Catalunya, los pacientes crónicos o la tercera edad que están ingresados en hospitales o residencias serán trasladados a plantas con refrigeración. Tanto Salut como Benestar i Família prevén que en seis años todos los centros públicos dispondrán de aire acondicionado.
Para evitar un golpe de calor y que las altas temperaturas impacten en la salud, los responsables sanitarios aconsejan a mayores y niños beber mucha agua, no salir al mediodía y tener la casa fresca, evitar las comidas muy calientes y el alcohol y hacer actividad física intensa.
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