Por el momento hay poco movimiento en torno al edificio, pues en el proyecto de derribo que presentó la propiedad en junio se establece un plazo de unos seis meses, el periodo durante el que pudieran alargarse los trabajos. El documento estima, además, un coste de más de un millón de euros.

Para que la demolición se esté ejecutando ha sido necesario responder a los varios recursos interpuestos tanto por la propiedad como por el Ayuntamiento de Llanes, así como la concesión de permisos. El último ha llegado de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, pues por la zona pasa la 'Llaguna del Llagu' y era necesaria esta autorización para el tránsito de los camiones.

Una vez se han cumplido todos los requisitos la jueza ha dado ocho días de plazo para empezar los trabajos de derribo, una orden que el alcalde de Llanes, Enrique Riestra Rozas, de Vecinos x Llanes, reprodujo el pasado lunes para que la propiedad la ejecutara.

Operarios de una constructora contratada por los propietarios han comenzado esta mañana el desmantelamiento de lo ampliado en el antiguo edificio y del nuevo construido. La cronología del Kaype se remonta al año 2012, cuando comenzaron las obras; en octubre de 2014 una jueza paralizó los trabajos y determinó el derribo de todo. Con el nuevo edificio casi terminado, desde entonces no se ha hecho nada más.