«Mi casa parecía una fuente de tantos chorros que había», señala Lucía Borrás. Ella, junto a otros catorce dueños de inmuebles del barrio de la Virgen del Carmen (al final de Serrería), sufren goteras desde hace cuatro meses.

A principio de junio, operarios del Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA) se acercaron allí para picar las cornisas de los tejados ante el peligro de desprendimiento, y para instalar unas placas aislantes en los agujeros, para impedir que el agua se filtrara en los pisos.

Sin embargo, a finales de junio, la intervención se quedó a mitad. Desde entonces, los vecinos tienen los cubos preparados en el comedor para cuando llueve.

Desde el IVVSA han explicado: «La instalación de las placas aislantes forman parte de una segunda fase que aún está por adjudicar».