Protestas y reproches en el cabo de año de las riadas

Sólo la mitad de los afectados han cobrado las ayudas un año después de las riadas de Oia y Baiona. Las obras en el río Groba no han terminado.
Los vecinos de Oia se manifestaron ayer por la falta de ayudas. En Viladesuso los arreglos son mínimos y en Baiona el río aún está en obras (L. González).
Los vecinos de Oia se manifestaron ayer por la falta de ayudas. En Viladesuso los arreglos son mínimos y en Baiona el río aún está en obras (L. González).
Los vecinos de Oia se manifestaron ayer por la falta de ayudas. En Viladesuso los arreglos son mínimos y en Baiona el río aún está en obras (L. González).
Oia se levantó ayer con el recuerdo amargo de la marea de agua, lodo y piedras que asoló el pueblo hace hoy un año. Bajo un sol atípico de finales de octubre, unos 200 vecinos del pueblo salieron ayer a las calles armados con pancartas para «celebrar el cabo de año de aquel desastre».Su intención era clara. Manifestar que nadie ha recibido las ayudas prometidas y que los escasos arreglos que se han hecho en el pueblo de nada servirán si vuelven a arreciar las lluvias este invierno.

De hecho, los cauces de los ríos siguen arrastrando lodo, llenos de enormes piedras, y los montes que los coronan continúan sin reforestar tras quedar arrasados por la ola de incendios de 2006.

La mayoría de las fincas devastadas el octubre pasado están abandonadas, sin cultivos. Algunas viviendas y muros todavía están en ruinas y a su gente le quedan pocas ganas y menos recursos para volver a empezar. Los afectados señalan que, sin los seguros privados, no hubieran podido hacer frente a los gastos para arreglar los desperfectos. Sólo el 50% ha cobrado ya las ayudas de la Administración. Por eso ayer no dudaban en gritar: «Touriño, dónde está o noso diñeiriño» o «Sen casas, sen axudas, sólo promesas incumpridas».

Mientras, en Baiona, la vida sigue su curso al tiempo que las obras necesarias se prolongan. Al río Groba le faltan todavía arreglos para evitar que vuelva a desbordarse.

La parte alta es en la que más se ha avanzado y el Concello confía en que en 15 días las obras puedan estar terminadas. Más complicado lo tiene la desembocadura donde las acciones de Política Territorial están paralizadas y a la espera de que se le dé un nuevo impulso esta semana.

La vida tras la catástrofe

Consuelo Valverde. Vecina de Oia afectada.

«Mi madre vive de alquiler»

«Hoy celebramos nuestro cabo de año», recalca con gesto amargo Consuelo, una vecina de Pedornes que vio cómo hace un año una marea de lodo se llevaba «todo lo que teníamos dentro de casa. No quedó nada en pie». Comenta con dolor que aún sigue esperando las ayudas prometidas y que, su madre, que perdió su casa en las riadas, sigue pagándose un alquiler para poder vivir».

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