Rajoy acusa al Gobierno de "asaltar" el Tribunal Constitucional

  • Dicen que quiere hacer de él una gestora como hace con su partido.
  • El líder de la oposición está convencido de que va ganar las elecciones.
  • Reconoce los defectos de su partido, al mismo tiempo que enumera los que considera 'errores' de la actual legislatura.

El presidente del PP, Mariano Rajoy, ha acusado este sábado al Gobierno de "asaltar el Tribunal Constitucional" y querer hacer en él "una gestora como hace en su partido", y ha dicho que el PSOE puede "expulsar a sus dirigentes, en Madrid, Valencia o Navarra, pero no puede confundir el Constitucional con su partido".

En un mitin en Baeza ante casi 2.000 personas, Rajoy ha criticado la decisión del Gobierno de recusar, por primera vez en la historia del TC, a los magistrados Roberto García-Calvo y Jorge Rodríguez Zapata, propuestos en su día por el PP, dentro de la polémica por el recurso del PP a la ley que permitía prorrogar el mandato de María Emilia Casas como presidenta.

Arropado, entre otros, por el presidente del PP-A, Javier Arenas, el líder popular ha recalcado que "en una democracia normal un Gobierno no puede asaltar el Tribunal Constitucional", como ha dicho que ocurrió este viernes, y "no debe presionar a los jueces ni meterse en lo que no le autoriza a meterse la Constitución", por lo que ha exigido "respeto a las reglas, sentido de común y un poco de razón".

No debe presionar a los jueces ni meterse en lo que no le autoriza a meterse la Constitución

Tras considerar este tema "muy delicado e importante" al ser "la esencia de la democracia", ha dicho que el Gobierno "no puede hacer lo que está haciendo; se discute la Nación, la bandera, la forma de Estado, y ahora se pretende hacer una invasión" al TC, por lo que ha incidido en pedir "respeto a las reglas democráticas", afirma el líder del PP.

Ha censurado que en el desfile del 12 de octubre se vio cómo la vicepresidenta del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, "abroncaba en público" a la presidenta del TC, ante lo que ha dicho que un gobernante no puede hacer eso, "ni puede decir palabrotas".

Convencido de su triunfo electoral

Además de mostrarse "absolutamente convencido" de ganar las elecciones en España y Andalucía, ha aseverado que la del Gobierno de Rodríguez Zapatero ha sido "la legislatura de los problemas", pues "habla del pasado, se ha negociado con una organización terrorista y se han creado problemas ridículos y que no existían".

Rajoy, interrumpido reiteradamente por gritos de "presidente, presidente" y "España, España", ha dicho que, a diferencia de Zapatero, se ocupará de los "problemas importantes de la gente, como los salarios, las pensiones, las hipotecas o la cesta de la compra".

La del Gobierno de Rodríguez Zapatero ha sido la legislatura de los problemas

"Quiero un país tranquilo, donde la gente tenga claro que todos deben ser iguales, que no debe negociarse con una organización terrorista", según el presidente del PP, quien ha añadido: "Un país normal, con un gobierno normal", que se ocupe de mejorar la educación, de los mayores y de "cosas de sentido común" como la inmigración o la seguridad ciudadana.

Para el líder popular, los españoles necesitan que su presidente les diga que "España es una nación, que no nos avergonzamos de nuestra bandera", y ha advertido al lehendakari, Juan José Ibarretxe, que "lo que sea España lo deciden los españoles, pero todos y cada uno de los españoles".

También ha admitido que el PP "tiene defectos, pero tiene sentido común" y por ello va a "ganar las elecciones en Andalucía y en España", en lo que también ha incidido Arenas, junto a la "necesidad de un cambio político" que, en el caso andaluz, traiga "ilusión y las reformas necesarias" tras 25 años de Gobierno socialista.

Educación para la ciudadanía

Además de apostar por una "educación de calidad", Rajoy reiteró que suprimirá la asignatura Educación para la Ciudad "cuando llegue al Gobierno", porque éste "no tiene que adoctrinar a la gente", sino hacer infraestructuras o, por ejemplo, poner en marcha el Plan Hidrológico Nacional que se aprobó "con un apoyo del 80 por ciento".

Tras considerar estos años "muy difíciles" porque Zapatero "prefirió acordar lo que debía de unirnos a todos con partidos radicales y extremistas", ha defendido que un gobernante se puede equivocar, "pero lo que no puede hacer de ninguna de las maneras es frivolizar, como ha ocurrido en España estos tres años y medio".

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