Los homínidos de Atapuerca tenían caries

Los Homo sapiens que hace entre 4.400 y 4.100 años habitaban la Cueva del Mirador de los yacimientos arqueológicos de Atapuerca (Burgos) sufrían caries y cálculo dental (placa bacteriana), pero sus dientes presentan poco desgaste porque consumían alimentos procesados. Así se desprende del estudio realizado por Marina Lozano, investigadora del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), y que se dio a conocer en el IX Congreso Nacional de Paleopatología celebrado en Morella del 26 al 29 de septiembre pasado.

La investigación se basó en el análisis de 65 dientes correspondientes a seis individuos descubiertos en el yacimiento El Mirador de Atapuerca, durante las campañas de excavación de los años 1999 y 2000. Se trata de Homo sapiens que se movían en una sociedad agraria y ganadera de la Edad del Bronce, controlaban procesos culinarios, como el hecho de hervir la comida, y conocían la cerámica, con la cual podían cocer los alimentos.

El desgaste dental observado y la presencia de placa bacteriana y de caries indican, según este estudio, que comían carne y vegetales. "Gracias a las evidencias arqueológicas sabemos que se alimentaban con ciervos y jabalíes, así como de cereales, como el trigo, y algunas leguminosas", explicó Marina Lozano.

Además, "el hecho de que algunos restos de leguminosas presenten dualidad entre géneros, como sucede con la lenteja y la algarroba porque con las características morfológicas que se conservan el personal especialista no puede asegurar en qué pertenece exactamente, ni discriminar, por lo tanto, si determinadas especias se atribuyen en la alimentación exclusivamente humana o se destinarían también a las manadas", argumentó.

En todo caso, lo que sí se puede afirmar, agregó, es que "los alimentos estaban muy procesados y elaborados porque no han dejado casi desgaste en los dientes" y añadió que "la cocción que practicaban de los productos hacía que cuando se los comieran éstos fueran muy blandos, poco abrasivos y, por lo tanto, no desgastaban mucho los dientes".

Determinar la dieta

Los análisis del desgaste dental para determinar la dieta -prosiguió Marina Lozano- se hizo con las piezas posteriores (premolares y molares), porque se trata de los dientes con los cuales se mastican y, consecuentemente, son las que entran más en contacto con el manjar. Eso hizo que de los 65 dientes encontrados en El Mirador sólo fueran válidas para este estudio un total de 32.

La combinación del desgaste detectado en ellas, junto con las patologías documentadas, permitieron determinar que estos individuos tendrían una dieta mixta, es decir, integrada por alimentos tanto de origen animal como vegetal. "Estos últimos serían ingeridos después de haber sido procesados y preparados con lo cual su abrasión se veía muy reducida y causaban un mínimo desgaste", insistió Lozano.

Las estrías de los Homo heidelbergensis

Además de la dentición de El Mirador, Marina Lozano estudió los dientes descubiertos en otros yacimientos de Atapuerca como, por ejemplo, los dientes posteriores de los individuos de la Sima de los Huesos, correspondientes a la especie Homo heidelbergensis, de unos 400.000 años de antigüedad. Los resultados obtenidos, en función de los datos facilitados por Alejandro Pérez-Pérez, constatan una gran cantidad de estrías en el esmalte dental lo cual significa que tenían una dieta muy abrasiva, con una importante presencia de alimentos poco procesados.

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