El diputado general de Álava, Ramiro González, ha visitado este lunes la localidad de Adana, donde se afronta la recta final de la campaña de la remolacha 2016 y ha destacado que se trata de un cultivo "estratégico" para el sector primario alavés, ya que tiene un alto nivel de producción con unos números que "nos ponen prácticamente a la cabeza en Europa".

En un comunicado, González ha destacado que Álava cuenta con una industria remolachera "muy organizada y altamente tecnificada" y ha señalado que es, además, el cultivo un mayor número de hectáreas plantadas en el Territorio.

En concreto, ha detallado que en el año 2016 han sido 1.647 hectáreas repartidas en 138 explotaciones, "cantidad sensiblemente más baja que en campañas anteriores en gran parte por el retraso en la época de siembra".

"Tener que aplazar el inicio hasta mayo ha conllevado una reducción en la producción, pese a ello probablemente volvamos a superar las 90 toneladas por hectárea", ha señalado.

El diputado general ha acompañado a los agricultores de la zona en la carga de la remolacha en los camiones que posteriormente han llevado la planta hasta la azucarera, donde se procederá a su transformación.

De esta forma, Ramiro González ha podido conocer la fórmula utilizada para la recogida y carga del cultivo antes de su entrega, un sistema que ha evolucionado gracias a las ayudas agroambientales que este año han llevado al gobierno foral a repartir más de 700.000 euros entre los agricultores que han decidido ponerlas en marcha.

"Es importante que 115 cultivadores hayan decidido sumarse a estas medidas que significan un nuevo paso hacia la Álava Verde. Además de la forma de carga y la limpieza de la remolacha, se pueden ver un mayor número de cubiertas vegetales en las plantaciones, lo que permite una mejor fijación del CO2", ha explicado.

González ha recordado que se trata además de un año clave para los cultivadores de la Unión Europea, que la campaña que viene sembrarán última remolacha bajo el sistema de cuotas de producción, que expirará el 30 de septiembre de 2017 tras más de 50 años de existencia. Junto con las cuotas, desaparecerán también los precios mínimos garantizados y la limitación de las importaciones de azúcar.