El consejero delegado de Siemens en España, Francisco Belil, aseguró hoy que el cierre de la planta en Zaragoza se resolverá «a base de diálogo y de buscar alternativas» y señaló que ofrecerán puestos de trabajo a sus empleados «en otras partes del territorio español».

El consejero delegado insistió en que la planta zaragozana, en la que trabajan 311 empleados, «se ha hecho inviable» porque el ciclo de la telefonía pública «ha terminado» por la proliferación de los teléfonos móviles.

Además, culpó a la competencia que suponen los países asiáticos y recordó que Siemens es la única compañía que aún está fabricando equipos de telefonía en España.