De este modo y "por primera vez en su historia", el Consistorio se hará cargo de la organización de esta cita que cuenta con la declaración de Interés Turístico de Andalucía y de la que la Asociación Cultural San José había estado al frente en las 34 ediciones anteriores.

La alcaldesa del municipio, María del Mar Dávila, ha explicado este martes en una nota que la decisión se ha tomado tras varios encuentros con representantes de este colectivo y ante "la grave crisis institucional que atraviesa", en la actualidad dirigido por una comisión gestora una vez que dimitió la anterior junta directiva.

"Asumiremos el reto de gestionar nuestra fiesta más importante desde el punto de vista turístico que tiene Mancha Real, sabiendo que tendremos que trabajar a contrarreloj por la premura del tiempo", ha afirmado. Ha añadido que "no ha sido una decisión fácil", puesto que "va a obligar a tener que hacer la falla en tiempo récord", aunque ha recalcado que desde el Consistorio no se va "a eludir la responsabilidad ni permitir que esta tradición se pierda".

Dávila ha adelantado, además, que desde la Concejalía de Turismo se está trabajando en una "remodelación completa" de las actividades complementarias a la hoguera con el fin de convertirla "en un verdadero destino turístico". En este sentido, ha apuntado que el objetivo "es estirar los actos que rodean a la falla para que la repercusión económica de la misma vaya más allá del día de la quema".

Junto a ello, ha pedido "responsabilidad y sensibilidad al resto de instituciones" para permitir que "la falla de Mancha Real perdure", de forma que "la carga económica no recaiga sobre el Ayuntamiento de forma exclusiva". La alcaldesa ha indicado que su viabilidad depende "en gran medida del apoyo de otras instituciones como la Diputación", punto en el que ha lamentado que la "supresión de una parte importante" de la subvención de 6.000 euros que aportaba hasta 2015 "supuso una herida de muerte para esta celebración".

La Hoguera de San José, que posee la declaración de Interés Turístico de Andalucía, arrancó en 1982 como muestra del pujante sector del mueble de Mancha Real, si bien en los últimos años esta festividad se ha convertido en una fuente importante de ingresos del sector hostelero local gracias a la afluencia, cifrada en más de 5.000 visitantes de media.