"Tenemos todas las de ganar", ha augurado el vicesecretario general de UGT, Evelio Angulo, quien, tras advertir a Lactalis de que su "prestigio reputacional" se va a ver afectado por su negativa a la venta de las instalaciones de Lauki en Valladolid, ha anunciado una nueva batería de medidas para dar solución a un conflicto que "no está cerrado".

La intención de UGT y CCOO es llevar a la multinacional francesa ante los tribunales por el incumplimiento del acuerdo por lo que el pasado viernes presentaron una denuncia ante el Serla para llevar a cabo una mediación por conflicto colectivo que está prevista para antes de que finalice el año y para la que ya se ha designado a los mediadores.

Según ha aclarado el secretario de Acción Sindical, Vicente Andrés, los sindicatos retirarían sus acciones judiciales si la multinacional francesa se compromete a abrir un nuevo plazo de cuatro meses para la venta de la planta de Lauki a una empresa del sector lácteo.

UGT y CCOO mantendrán también la denuncia presentada ante las instituciones europeas por "malversación" de Fondos Feder para desmantelar una planta en beneficio de otra y está prevista una nueva reunión para el mes de enero, probablemente entre los días 30 y 31 del próximo mes, a la que han invitado a acudir al alcalde de Valladolid, Óscar Puente, y a la consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos.

Además, iniciará una nueva ronda de contactos con europarlamentarios de diversos grupos para trasladar su preocupación por la deriva del tejido industrial de la Comunidad Autónoma ante casos como el de esta multinacional a la que han acusado de llegar a Castilla y León para comprar empresas a saldo con el objetivo de ganar cuota de mercado y sacar después la producción.

"Vamos a contestar con todo lo que tenemos a nuestro alcance", han insistido los sindicalistas en ese objetivo de llegar "hasta las últimas consecuencias" para hacer cumplir a Lactalis el acuerdo al que se comprometió en su día que permita continuar con la actividad productiva de "una fábrica señera" de Valladolid.

"Dejamos marchar la marca si seguía la industria", ha recordado Vicente Andrés, quien, tras reconocer que ese fue el "peaje establecido" en su día, ha apelado a la responsabilidad social de la empresa para permitir un "gana a gana" en el que se tiene que poder vender la planta a otra empresa desde el convencimiento de que, si se pone un "precio razonable", habría cola para comprarla.

Andrés se ha mostrado convencido de que en estos momentos hay muchas empresas que combinen sector primario y de transformación que podrían sacar adelante un proyecto industrial en esas instalaciones y crear "muchos empleos".