Tras años dedicada a las exposiciones temporales la Fundación MAPFRE ha creado un Espacio permanente dedicado al pintor, escultor y grabador Joan Miró, un museo con 65 obras del artista catalán, cedidas por cinco coleccionistas privados.

Una colección de obras de las últimas décadas del pintor y de diferentes periodos, y en los que se repiten los temas que obsesionaron a Miró así como la muerte de la pintura, la antipintura, los pájaros, las mujeres, las estrellas o las cabezas anónimas.

El Espacio Miró, como así se llaman las dos salas dedicadas al artista, tiene como objetivo acercar la obras del pintor al mayor número de personas posible y servir de espacio de investigación y centro de referencia para el estudio del artista catalán en Madrid.

Así, este espacio se complementa con el Museo Reina Sofía que posee en su colección 583 obras de Miró en sus fondos aunque actualmente solo están en exhibición 20 piezas.

Según Pablo Jiménez Burillo, director cultural de la Fundación MAPFRE, Miró "reflexiona sobre el arte, y se ve como dialogo con otros creadores" entre los que destacan Calder o los expresionistas abstractos con los que se encuentra en sintonía como Calder o los expresionistas abstractos, con los que está en plena sintonía.

La muestra se divide en cinco secciones. "Miro/Calder", donde se ven un conjunto de obras con las que el propio Calder obsequió a Miró, "El signo y el gesto"  en el que Miró muestra su reflexión sobre todo lo que se estaba desarrollando en Europa y la influencia que tuvo en él Pollock o Rothko.

"Mujeres, pájaros, estrellas" es el tercer capítulo de la exposición, donde la poética vuelve a las mujeres, los pájaros y las estrellas para hacer un estudio sobre la gestualidad. El cuarto apartado es el denominado "Las cabezas" donde se observa una pintura más despojada.

"Desafío a la pintura" se encarga de cerrar la muestra con una serie de obras que tienen como base de fondo la frase del pintor "asesinar la pintura".