Mucho ruido en el trabajo

  • Ruido es todo aquel sonido indeseado o desagradable.
  • Es molesto y afecta a nuestro rendimiento laboral.
  • Nos puede hacer perder sentido del oído y provocarnos otros problemas de salud crónicos.

Si tienes que dar gritos en tu puesto para que los demás te oigan, tu salud y la de tus compañeros están en peligro. Aprende a protegerte Ruido es todo aquel sonido indeseado o desagradable.

Puede ser molesto y afectar a nuestro rendimiento laboral, además de limitar nuestra capacidad de concentración.

Al dificultar la comunicación y la percepción de las señales de alarma puede contribuir a aumentar los accidentes de trabajo, por no hablar de que nos hace perder sentido del oído y provocarnos otros problemas de salud crónicos.

CUIDA LOS TÍMPANOS

Exposición al ruido: Si es por poco tiempo, puede causar una pérdida temporal de audición; un ruido excesivo o prolongado puede hacer que sea permanente. La tensión generada puede provocar trastornos nerviosos y estomacales, insomnio... la productividad disminuye y aumenta el ausentismo.

Medición: Un ruido puede molestarnos tanto por su volumen como por su frecuencia. Su intensidad se mide en decibelios –un pequeño aumento de decibelios equivale a un gran aumento del nivel de ruido–, y el aparato empleado para medirlo es el sonómetro. Si no podemos conseguir uno, el procedimiento para medir el ruido de nuestro entorno laboral sería colocarse a la distancia de un brazo de un compañero. Si no podemos hablar con él en un tono normal es que el nivel de ruido es demasiado elevado.

Niveles aceptables: Durante una jornada laboral de 8 horas se considera que el nivel de ruido aceptable está entre 85 y 90 decibelios. Los trabajadores expuestos a niveles superiores a los 95 decibelios deben disponer de sistemas de protección para los oídos y tienen derecho a rotar en su puesto.

Métodos de control: El mejor sistema es controlar el ruido en su propia fuente. Si procede de máquinas, hay que hacer hincapié en las actividades de mantenimiento, lubricado y sustitución periódica de piezas. También sirven las barreras reductoras de sonido entre el trabajador y la fuente, así como un distanciamiento mayor. Si se emplea protección para los oídos, es preferible que sean orejeras en lugar de tapones. Las zonas de mayor peligro acústico dentro del recinto laboral deben estar debidamente señaladas.

Consejos útiles: Hay que estar atentos a los indicios de pérdida de audición, exigir a sindicatos y empresas que se midan los ruidos en el lugar de trabajo y comparar los resultados con la legislación vigente. No está de más organizar un código de alarmas no verbales para casos de peligro.

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